¡Vos podes ayudarnos!

---

Translate


domingo, 27 de noviembre de 2016

La pluma roja



Aun en la vejez fructificarán… (v. 14).
Lectura: Salmo 92:12-15
La Biblia en un año: 1 Pedro 4
Una vez, encontré un dicho popular sobre la pesca en una obra del siglo II a.C. del escritor griego Eliano: «Entre Berea y Tesalónica corre un río llamado Astreo. […] hay en él peces [truchas] de un color moteado». Luego, describe un «cebo para los peces, […] que apela a una inteligente astucia. Cubren el anzuelo con lana purpúrea y encajan en la lana dos plumas […]. Sueltan los pescadores el engaño, y el pez, atraído y excitado por el color, […] imaginando […] un prodigioso banquete, abre la boca ampliamente» (Historia de los animales).
Hoy, los pescadores siguen usando este cebo llamado pluma roja. Descrito por primera vez hace más de 2.200 años, sigue utilizándose como un ardid para atrapar truchas.
Cuando leí esa obra, pensé: No todo lo viejo está pasado de moda; en especial, las personas. Si con una vejez de satisfacción y alegría mostramos a los demás la plenitud de Dios, seremos útiles hasta el final. En lugar de enfocarnos en problemas de salud y en el pasado, podemos disfrutar la paz y el ánimo de haber envejecido con el Señor. «Plantados en la casa del Señor, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes» (Salmo 92:13-14).
Señor, gracias porque vejez no significa inutilidad.
A medida que los años se van acumulando, la fidelidad de Dios sigue aumentando.

No enviar
El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño (v. 10).
Lectura: 1 Pedro 3:8-12
La Biblia en un año: 1 Pedro 3
¿Alguna vez mandaste un email y, de pronto, te diste cuenta de que había ido a la persona equivocada o que contenía palabras duras e hirientes? ¡Si tan solo pudieras presionar una tecla y detenerlo! Bueno, ahora puedes hacerlo. Varias compañías ofrecen una opción que te da un tiempo breve después de enviar un correo para detenerlo antes de que salga de tu ordenador. Después de eso, el email es como una palabra dicha que no puede retractarse. En lugar de considerarse una solución, esta opción de «no enviar» debería recordarnos la enorme importancia de cuidarnos en lo que decimos.
En su primera carta, el apóstol Pedro les decía a los seguidores de Jesús: «no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo […]. Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala» (1 Pedro 3:9-11).
El salmista David escribió: «Pon guarda a mi boca, oh Señor; guarda la puerta de mis labios» (Salmo 141:3). Esta es una buena oración para empezar cada día y en toda situación en que queramos contraatacar con palabras.
Señor, ayúdame a cuidar mi corazón para controlar mi lengua, y mis palabras para no herir a los demás. Y en humildad, a saber pedir perdón.
La muerte y la vida están en poder de la lengua. Proverbios 18:21
Nuestro Pan Diario
-------------------------------------------------------------------
NOTICIAS CRISTIANAS


















 





 





 





 

No hay comentarios:

Publicar un comentario