Job 23:8-10
(Dios dijo): Yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida.
Isaías 49:15-16
Un recluso escribió en la pared de su celda: «Creo en el sol aun cuando no brilla. Creo en Dios incluso cuando calla».
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«Durante un período sombrío en mi vida, pasé mucho tiempo orando, pero me parecía que Dios me dejaba solo con mis pruebas y mi carga. Era la noche oscura para mi alma. Entonces escribí a mi madre para exponerle mi problema. Jamás olvidaré su respuesta: Hijo mío, muy frecuentemente Dios se aparta para poner a prueba nuestra fe. Él quiere que confíes en él incluso en la oscuridad. Ahora, hijo mío, extiende tu mano en la niebla y verás que su mano está ahí para asirte». B. G.
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«Señor, nunca nos permitas olvidar que tú también hablas cuando callas». S. K.
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Sí, los planes de Dios pueden comprender tiempos de espera que nos parecen interminables, antes de verlo intervenir. Quizás a veces digamos, al igual que Habacuc: “¿Hasta cuándo, oh Señor, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti… y no salvarás?” (Habacuc 1:2). Pero el silencio no es sinónimo de ausencia, y menos de abandono. La fidelidad de Dios es indefectible. ¡Tengamos fe en Dios! Incluso si nos hallamos en un túnel muy oscuro, sepamos que él está realmente ahí a nuestro lado!
Orar a Dios en el nombre de Su Hijo Jesucristo
En Juan 16, el Señor anunció a sus discípulos que iba a dejarlos para regresar al cielo después de haber dado su vida en sacrificio por nuestra salvación. Como es comprensible, la tristeza llenó el corazón de los discípulos cuando se dieron cuenta de que iban a quedarse solos en la tierra. Fue entonces cuando el Señor les reveló los recursos de la oración. Como esta promesa concerniría igualmente a todos los creyentes, salvos por haber creído en el Señor Jesús, nos fue transmitida mediante la Palabra de Dios.
¡Es una promesa extraordinaria! Estemos en donde estemos, sea cual sea nuestra situación, podemos pedir a nuestro Padre celestial que nos ayude, que nos enseñe el camino y que nos dé una salida. Cuando oramos en el “nombre” de Jesús, es como si dijésemos a Dios: «Vengo a pedirte esto de parte del Señor Jesús». Esto supone, por supuesto, que él hubiese podido hacerlo en nuestro lugar, es decir, que nuestra petición sea de acuerdo con su voluntad. ¡Qué seguridad nos da esto para acercarnos a nuestro Dios! Él nos escucha, así como escuchaba a Jesús cuando estaba en la tierra. Jesús dijo: “Yo sabía que siempre me oyes” (Juan 11:42).
¡Tengamos plena confianza en la misericordia de nuestro Padre, quien llenará nuestro corazón de paz y alegría! De este modo no olvidaremos darle las gracias.
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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Sembrar la semilla
Léase Marcos 4.1-20
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
-- 1ª a los Corintios 3. 6 (RVR)
Vivo en un área rural con muchos sembrados. Un amigo acostumbra sembrar papas el Viernes Santo. Pero un año el terreno seguía congelado ese viernes. Sin embargo, con una pala y con mucho esfuerzo, se las arregló para sembrar sus papas. Quienes lo conocemos, nos reímos de su empeño. Pensamos que simplemente había perdido su tiempo.
Imagine nuestra sorpresa cuando más tarde cosechó una buena cantidad de papas. Algunas de las semillas de papas habían sobrevivido y crecido a pesar de las condiciones adversas.
Ese recuerdo me ayuda a continuar proclamando la palabra de Dios, aunque esté rodeado de personas que parecen rechazar lo que escuchan. Hubo una época en que temía ese rechazo.
Pensaba que la semilla de la palabra de Dios perecería por la dureza de los corazones. Pero la fe de un agricultor sembrando bajo condiciones adversas, aumentó mi fe en el valor de sembrar para Dios bajo toda condición. Semanas o años más tarde, esas semillas pueden crecer hasta convertirse en una cosecha cuando otra persona viene a la fe en su Creador.
Sr. Gale A. Richards (Iowa, EUA)
Pensamiento para el día
Siembre, cuide según pueda y deje el resto a Dios.
Oración
Amado Dios, ayúdame a vencer el miedo o la pereza de manera que siempre esté listo para llevar tu mensaje. Amén.
OREMOS: Por quienes aún no conocen a Dios.
Tomado de http://elaposentoalto.upperroom.org/es/devotionals/2012-03-30
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Un Momento para Meditar
"El Comunicador Cristiano Ante la Crisis de Valores"
Por: Samuel de Jesús, Ministerio de Web Evangelismo, Inc
El tema "El Comunicador Cristiano Ante la Crisis de Valores", nos invita a reflexionar y nos reta como profesionales de la comunicación; pero como profesionales de la comunicación Cristiana, tiene que re-avivar en nosotros la llama de LA PROTESTA. La misma llama que hace siglos comenzó Martin Lutero, y que sirvió de inicio al movimiento que hoy llamamos Protestantismo, del cual, como cristianos evangélicos, nosotros somos parte. Y es que como cristianos, como evangélicos, y como comunicadores, ANTE LA CRISIS DE VALORES, no nos podemos callar, no podemos dejar de ser PROTESTANTES, es nuestro compromiso, tal y como nos enseño Jesús, a señalar, a confrontar, a manifestar, a proclamar LA VERDAD, porque el conocimiento de la verdad, lleva a la libertad. Como dice la Palabra: “Y conoceréis la verdad y la verdad os libertará”... Leer más
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Y SIN EMBARGO, VOS SOS NUESTRA ALEGRÍA
Señor de la Vida, Dios de Esperanzas:
cuánta alegría nos da el servirte en este tiempo, que son tiempos de cambios, avances, retrocesos y contradicciones. Sí, tiempos de valorados signos que anuncian tu liberación y de preocupantes señales del plan diabólico del imperialismo, pues los poderosos y sus aliados – aunque estén en crisis – siguen acechando a nuestros pueblos.
Cuánta impotencia se siente en el acompañamiento a los débiles y pobres de la tierra, cuando se les niegan sus derechos, cuando se los echa de sus tierras y de sus viviendas, cuando se depredan los recursos naturales, cuando se criminaliza la protesta de los sectores populares, justamente para invisibilizar la opresión que atenta contra la vida de las personas y de tu creación.
Cuánto dolor nos trae la incomprensión por ser fieles a tu Palabra y sensibles a tu Espíritu, por el mensaje que pusiste en nuestros labios, llenándonos de rebeldía y amor.
Y sin embargo, Señor de la Vida, Dios de Esperanzas:
cuánta alegría nos da encontrarte en el rostro del obrero, en las manos de la mujer trabajadora, en los ojos de las niñas, niños y adolescentes, en la sonrisa gastada de los abuelos, en las zapatillas rotas de los pobres, en el carro de los cartoneros.
Cuanta alegría nos da abrazarte y encontrarte también en las personas que tuvieron el valor de elegir su sexualidad e identidad, en el guardapolvo de la maestra y en el hacha del campesino indígena.
Señor de la Vida, Dios de Esperanzas:
Cuánta alegría nos devuelve construir tu Reino de paz y justicia con nuestros merenderos y comedores comunitarios, dando vestido al desnudo, recibiendo y amando al que viene de lejos “cruzando fronteras”. Nos conforta seguir -pese a todo- luchando por la tierra y la vivienda junto a los olvidados, acompañando la esperanza y el dolor de los pueblos originarios, reclamando por más derechos para la mujer en una sociedad patriarcal, haciendo memoria del pasado oscuro y sangriento de las dictaduras y de décadas nefastas, denunciando las injusticias y anunciando tu esperanza. En fin, construyendo el presente para vivir en el futuro.
Señor de la Vida, Dios de Esperanzas.
Cuánta impotencia, cuánto dolor, y sin embargo y pese a todo sentimos tu presencia abrazándonos, Eso es lo que nos permite decir: cuánta alegría, Señor.
Amén.
Por Diego Javier Mendieta
Pastor de la Comunidad Dimensión de Fe,
una Iglesia de todos y para todos.
Marzo - 2012
(RDF) Reflexiones - Dimensión de Fe Semanario Oficial de la Comunidad Dimensión de Fe, una Iglesia de todos y para todos... (Asociación La Iglesia de Dios) Pensamientos Reflexiones y Noticias que abordan temas actuales desde una perspectiva Teológica y Pastoral. Av. Juan B. Alberdi 5250 (Mataderos), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina