La Rosa de Cuaresma

Léase Romanos 8.18 -23
De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros.
-- Romanos 8.18 (NVI)
Hace unos años a mi esposa y a mí nos regalaron una planta llamada «Rosa de Cuaresma». La plantamos cerca de la casa y la regábamos ocasionalmente. Al acercarse el invierno, nos preguntábamos si debíamos transplantarla. Nos aconsejaron que la dejáramos sola, que ésta sobreviviría. El follaje se mantuvo verde. Cuando llegó la Cuaresma, la planta comenzó a revivir y los capullos aparecieron. Comenzó a florecer más temprano que otras plantas. A medida que el Domingo de Resurrección se acercaba, sus flores y follaje se veían hermosos.
Esto ha sido un recordatorio de la esperanza que tenemos en Cristo. Pasamos por pruebas, tentaciones y enfermedades que nos podrían destruir; pero no lo hacen. Cada Cuaresma nos ofrece la oportunidad de meditar en el sacrificio de Cristo por los pecados del mundo. Esta meditación nos permite valorar el significado del amor de Dios: la promesa de una resurrección gloriosa, vida en Cristo y los dones que celebramos el Domingo de Resurrección. Como la Rosa de Cuaresma, lenta pero seguramente maduramos hacia la plenitud de vida.
Sr. Jack L. Matthews (Alabama, EUA)
Pensamiento para el día
La Resurrección celebra nuestra vida en Cristo y la vida por venir.
Oración
Amado Señor, ayúdanos a crecer y florecer como un testimonio a nuestro mundo. Amén.
OREMOS: Por alguien que está resistiendo una tormenta.

Tomado de http://elaposentoalto.upperroom.org/es/devotionals/2012-03-09

NUESTRO PAN DIARIO
Belleza en la iglesia
Lectura: Éxodo 36:1-7
Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que el Señor ha mandado. —Éxodo 35:10
Cuando mi esposo Jay y yo decidimos construir una casa nueva, no reclutamos amigos y familiares a quienes les gustaba trabajar con herramientas eléctricas y mecánicas, sino que contratamos a un constructor capacitado para que creara algo funcional y, a su vez, hermoso.
Sin embargo, la belleza en los edificios de las iglesias no siempre es una prioridad. Algunos la asocian con la falta de practicidad y, por eso, todo lo ornamental o decorativo se considera un desperdicio. Pero esta no fue la actitud de Dios cuando estableció un lugar de adoración para los antiguos israelitas. No reclutó a cualquiera para levantar una tienda común y corriente, sino que designó a los talentosos artesanos Bezaleel y Aholiab (Éxodo 36:1) para decorar el tabernáculo con cortinas delicadamente tejidas y ornamentos elaboradamente diseñados (37:17-20).
Pienso que la belleza era importante en aquel entonces porque le recordaba al pueblo que Dios era digno de su adoración. Durante los secos y polvorientos días de la peregrinación en el desierto, necesitaban algo que les recordara la majestad del Señor.
La belleza que el pueblo de Dios crea hoy en entornos de adoración puede servir al mismo propósito. Le ofrecemos al Señor nuestros mejores talentos porque Él es digno. La belleza también nos ofrece un atisbo del cielo y despierta nuestro apetito por lo que Dios está preparando para nuestro futuro.
—JAL
La belleza es un reflejo de Dios.