… los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo… (Romanos 8:29).
Lectura: Sal. 138:7-8; Ef. 2:6-10
La Biblia en un año: 1 Corintios 13
Mi esposa y yo conocimos a Phipps Festus Bourne en
1995, un experto artesano de la madera cuyas obras son réplicas casi exactas de
objetos reales. «Tallar un pato es sencillo —decía—. Basta mirar un trozo
de madera, pensar en cómo es un pato y, luego, cortar todo lo que no se
parezca a él».
Así es con Dios. Él nos mira —ve madera en bruto— e
imagina la persona con el carácter de Cristo escondida bajo la corteza, los
nudos y las ramitas; luego, comienza a tallar, quitando todo lo que no encaje
con esa imagen. Nos sorprenderíamos si pudiéramos ver cuán hermosos somos como
«patos» terminados.
Pero, primero, tenemos que aceptar que somos un
trozo de madera y dejar que el Artista nos corte, moldee y pula donde Él
quiera. Esto significa ver nuestras circunstancias —agradables o desagradables—
como herramientas de Dios que nos moldean. Él nos forma, parte por parte, para
convertirnos en la hermosa criatura que imaginó en nuestro poco agraciado trozo
de madera.
A veces, el proceso es maravilloso; otras veces,
doloroso. Pero, al final, todas las herramientas de Dios nos conforman «a la
imagen de su Hijo» (Romanos 8:29).
¿Anhelas esa semejanza? Ponte en las manos del
Maestro Tallador.
Padre, tállame a la imagen que planeaste.
El crecimiento en Cristo viene de una relación
profunda con Él.
«Por cuanto me has rogado»
… sean conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego… (Filipenses 4:6).
Lectura: Isaías 37:9-22, 33
Lectura: Isaías 37:9-22, 33
La Biblia en un año: 1 Corintios 12
¿Qué haces con tus preocupaciones? ¿Las
internalizas o las envías hacia arriba?
Cuando el brutal rey asirio Senaquerib se preparaba
para destruir Jerusalén, envió un mensaje al rey Ezequías, diciendo que Judá no
sería diferente de todas las otras naciones que él había conquistado. Ezequías
llevó este mensaje al templo en Jerusalén y «lo extendió delante del Señor»
(Isaías 37:14). Luego, oró y pidió la ayuda del Dios Todopoderoso.
Poco después, el profeta Isaías dio a Ezequías este
mensaje del Señor: «Así dice el Señor, Dios de Israel en cuanto a tus ruegos
acerca de Senaquerib» (Isaías 37:21-22 RVC). La Biblia nos dice que la oración
de Ezequías fue contestada esa misma noche. Dios intervino milagrosamente y
venció a las fuerzas enemigas fuera de las puertas de la ciudad. El ejército
asirio ni siquiera «[lanzó] una sola flecha» (v. 33 RVC). Senaquerib dejaría
Jerusalén, para no volver jamás.
Cinco palabras en el mensaje de Dios a Ezequías
—«Por cuanto me has rogado»— nos enseñan adónde debemos ir con nuestras
preocupaciones. Puesto que Ezequías se volvió a Dios, se salvó a sí mismo y a
su pueblo. ¡Cuando convertimos nuestras preocupaciones en oración, descubrimos
que Dios es fiel de formas inesperadas!
— jb
Señor, ayúdame a convertir mis preocupaciones en
oraciones.
«La oración mueve la mano que hace girar el
mundo». —E. M. Bounds
Nuestro Pan Diario
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