… todo es tuyo (v. 16).
Lectura: 1 Crónicas 29:14-19
La Biblia en un año: 2 Corintios 1
Cuando tenía 18 años, conseguí mi primer trabajo a
tiempo completo y aprendí una lección importante sobre la disciplina de ahorrar
dinero. Trabajé y ahorré hasta tener lo suficiente para pagar un año de estudios.
Entonces, mi mamá tuvo una cirugía de emergencia, y me di cuenta de que yo
tenía en el banco el dinero para pagar su operación.
De repente, mi amor por mi madre tuvo prioridad
sobre mis planes para el futuro. Las palabras de Elisabeth Elliot en su libro
Pasión y pureza cobraron para mí un nuevo significado: «Si nos aferramos a algo
que hayamos recibido, sin la disposición de renunciar a eso cuando llegue el
momento o de que el Dador lo utilice como Él quiera, impedimos que el alma
crezca. Es fácil cometer un error aquí, pensando: “Si Dios me lo dio, es mío y
puedo hacer lo que quiera con eso”. No. La verdad es que nuestra parte es dar
gracias a Dios y, también, ofrecérselo de vuelta».
¡Entendí que el trabajo que había recibido y la
disciplina del ahorro eran regalos de Dios! Podía dar generosamente a mi
familia porque estaba segura de que el Señor podía ayudarme de otra manera… y
Él lo hizo.
¿Cómo quiere Dios que apliquemos hoy la oración de
David de 1 Crónicas 29:14: «Todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te
damos»?
Señor, dame un corazón generoso.
Todo le pertenece a Dios.
Hizo lo que pudo
Esta ha hecho lo que podía… (v. 8).
Lectura: Marcos 14:3-9
La Biblia en un año: Proverbios 1−2 1 Corintios 16
Cuando sus amigos dicen cosas negativas en las
redes sociales, Carla responde con un desacuerdo amable, pero firme. Respeta la
dignidad de todos, y sus palabras son siempre positivas.
Hace unos años, se hizo amiga por Facebook de un
hombre que odiaba a los cristianos. Sin embargo, él apreciaba la sinceridad y
la gracia poco comunes de Carla. Con el tiempo, su hostilidad desapareció. Al
tiempo, ella sufrió una mala caída. Confinada en su casa, le preocupaba no
poder hacer mucho. En esos días, murió su amigo de Facebook, y recibió este
mensaje de su hermana: «[Por tu testimonio], sé que él está ahora con el
Señor».
La semana que Cristo iba a morir, María de Betania
lo ungió con un caro perfume (Juan 12:3; Marcos 14:3). Algunos estaban
consternados, pero Jesús la elogió: «Buena obra me ha hecho. […]. Esta ha hecho
lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura»
(Marcos 14.6-8).
«Ha hecho lo que podía». Las palabras de Cristo nos
quitan la presión. Nuestro mundo está lleno de personas que sufren. Pero no
tenemos que angustiarnos por lo que no podemos hacer. Carla hizo lo que pudo. Y
nosotros también. El resto depende del Señor. —Tim Gustafson
«Haz tu tarea lo mejor que puedas, y deja lo
demás al Señor». —Henry W. Longfellow
Nuestro Pan Diario
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