[Dios] nos consuela […] para que podamos también
nosotros consolar… (v. 4).
Lectura: 2 Corintios 1:3-7
La Biblia en un año: 2 Corintios 8
«El cuerpo de Cristo» se utiliza más de 30 veces en
el Nuevo Testamento. Pablo usa esta frase como una imagen de la Iglesia. Tras
ascender al cielo, Jesús dejó su misión en manos de hombres y mujeres imperfectos
e ineptos. Él asumió el papel de Cabeza de la Iglesia, y dejó las tareas de
brazos, piernas, orejas, ojos y voz a discípulos erráticos… a ti y a mí.
Su decisión de funcionar como la Cabeza invisible
de un cuerpo grande con muchas partes significa que confía en que nos ayudemos
unos a otros en tiempos de sufrimiento. Pablo quizá tuvo esto en mente cuando
escribió: «[Dios] nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que
podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por
medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios» (2
Corintios 1:4). En todo su ministerio, Pablo practicó esto, haciendo colectas
para las víctimas del hambre, enviando ayudantes a lugares con necesidades y
reconociendo las ofrendas de los creyentes como regalos de Dios mismo.
La frase «el cuerpo de Cristo» expresa bien lo que
estamos llamados a hacer: representar en carne lo que Cristo es; especialmente,
a los necesitados.
Señor, gracias por tu fidelidad al consolarme
cuando estoy sufriendo. Muéstrame a alguien que necesite de mi aliento hoy.
La presencia de Dios nos reconforta; y nuestra
presencia consuela a otros.
Más allá del tiempo
Este es el pan que descendió del cielo: no como
vuestros padres comieron el maná, y son muertos: el que come de este pan,
vivirá eternamente. (v.58)
Lectura: Juan 6:53-69
La Biblia en un año: 2 Corintios 7
Durante 2016, compañías de teatro de varias partes
del mundo están realizando producciones especiales para conmemorar el 400.º
aniversario de la muerte de William Shakespeare. Conciertos, conferencias y
festivales han atraído a multitudes para celebrar la obra perdurable de este
hombre, considerado el más grande dramaturgo de la lengua inglesa. Ben Jonson,
uno de sus contemporáneos, escribió: «No fue de una época, sino para todos los
tiempos».
Aunque la influencia de algunos artistas,
escritores y pensadores puede durar siglos, Jesucristo es el único cuya vida y
obra trascenderán el tiempo. Él afirmó ser «el pan que descendió del cielo […];
el que come de este pan, vivirá eternamente» (Juan 6:58).
Cuando muchos que escuchaban sus enseñanzas se
ofendieron por sus palabras y dejaron de seguirlo (vv. 61-66), Jesús preguntó a
sus discípulos si ellos también querían dejarlo (v. 67). Pedro respondió:
«Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos
creído y conocemos que tú eres el Cristo» (vv. 68-69).
Cuando invitamos a Jesús a entrar en nuestra vida,
nos unimos a sus primeros discípulos y a todos sus seguidores en una nueva vida
que durará para siempre.
Señor Jesús, gracias por el regalo de la vida
eterna en comunión contigo, hoy y siempre.
Jesús es el Hijo de Dios, el Hombre que
trasciende el tiempo, quien nos da vida eterna.
Nuestro Pan Diario
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