… el Espíritu mismo intercede por nosotros […].
Cristo […] también intercede por nosotros (vv. 26, 34).
Lectura: Romanos 8:22-34
La Biblia en un año: Efesios 1
Cuando enfrentamos una situación confusa o un
problema difícil, solemos pedir a nuestros hermanos en Cristo que oren por
nosotros. Es un gran aliciente saber que otros se interesan por nosotros y
presentan nuestra necesidad ante Dios. Pero ¿qué sucede si no tienes amigos
creyentes cerca? Tal vez vives donde hay oposición al evangelio de Cristo.
¿Quién orará por ti?
Romanos 8, uno de los grandes y triunfantes
capítulos de la Biblia, declara: «qué hemos de pedir como conviene no lo
sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
[…] conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos» (Romanos 8:26-27).
El Espíritu Santo está orando hoy por ti.
Además, «Cristo es el que murió; más aún, el que
también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros» (v. 34). El Señor Jesús, que vive, también está orando
por ti hoy.
¡Piénsalo! El Espíritu Santo y Jesucristo mencionan
tu nombre y tus necesidades a Dios Padre, quien escucha y obra a tu favor.
No importa qué suceda en tu vida o cuán confusa sea
tu situación, no enfrentas la vida solo. ¡El Espíritu y el Hijo están orando
por ti hoy!
Amado Dios, me inclino a ti en humilde gratitud por
las oraciones hechas a ti a mi favor por el Espíritu y tu Hijo. ¡Qué verdad tan
asombrosa!
El Espíritu Santo y Jesús siempre están orando
por ti.
Riquezas verdaderas
Porque donde está vuestro tesoro, allí estará
también vuestro corazón (v. 34).
Lectura: Lucas 12:22-34
La Biblia en un año: Gálatas 6
En el funeral del padre de una amiga mía, alguien
le dijo: «Hasta que conocí a tu papá, no había visto a una persona que
disfrutara tanto de ayudar a los demás». Cuando murió, dejó un legado de amor.
En cambio, una tía de mi amiga consideraba sus posesiones como su legado, y
pasó sus últimos años preocupada por quién protegería sus reliquias familiares
y sus raros libros.
Con su enseñanza y su ejemplo, Jesús advirtió a sus
seguidores de que no acumularan cosas, sino que dieran a los pobres y que
valoraran lo que no envejecerá ni destruirá la polilla: «Porque donde está
vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lucas 12:34).
Podemos pensar que nuestras posesiones dan sentido
a nuestra vida. Sin embargo, cuando el aparato más moderno se daña o perdemos
algo valioso, nos damos cuenta de que lo que satisface y perdura es nuestra
relación con el Señor. El amor a los demás y nuestro interés en ellos es lo que
no se marchita ni se desvanece.
Pidamos al Señor que nos ayude a ver con claridad
qué valoramos, nos muestre dónde está puesto nuestro corazón y nos ayude a
buscar su reino por encima de todo (12:31).
¿Qué cosas valoras? Lee la historia sobre el maná
en el desierto en Éxodo 16. Piensa en cómo se relaciona esta historia con las
palabras de Jesús a las multitudes en Lucas 12.
Lo que valoramos revela el estado de nuestro
corazón.
Nuestro Pan Diario--------------------------------------------------------------------------
NOTICIAS CRISTIANAS
Noruega: aprueban ley para cambio de género en niños
Leer más
Rick Warren: Revistas y catálogos de belleza son herramientas de Satanás
Leer más
Muere expresidente israelí Shimon Peres
Leer más
Estadounidenses se contradicen en relación con Dios y la Biblia
Leer más
No hay comentarios:
Publicar un comentario