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domingo, 19 de marzo de 2017

El evangelio viral



Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, […] en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido (v. 8).
Lectura: 1 Tes 1:1-10
La Biblia en un año: Marcos 3
El proyecto Texto viral de la Universidad Northeastern de Boston está estudiando cómo se difundía en el siglo xix el material impreso a través de los periódicos, la red social de esa época. Si un artículo se reimprimía 50 veces o más, lo consideraban «viral» para la era industrial. Un informe de la revista Smithsonian señala que un artículo de aquel siglo, que describía que los seguidores de Jesús habían sido ejecutados por su fe, apareció en, al menos, 110 publicaciones.
Cuando el apóstol Pablo les escribió a los cristianos en Tesalónica, los felicitó por su testimonio valiente y gozoso de Jesús: «partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido» (1 Tesalonicenses 1:8). El mensaje del evangelio se viralizó a través de estas personas cuyas vidas Jesucristo había transformado. A pesar de las dificultades y la persecución, no podían quedarse callados.
Los que conocemos al Señor, comunicamos la historia del perdón y la vida eterna en Cristo a través de nuestros corazones generosos, manos colaboradoras y palabras sinceras. El evangelio transforma nuestra vida y la de aquellos con quienes nos relacionamos.
Señor, ayúdame a dar testimonio de ti a través de mi vida hoy.
No hay mejor noticia que el evangelio… ¡corre la voz!

Árbol de río
… será como el árbol plantado junto a las aguas… (v. 8).
La Biblia en un año: Marcos 2
Era un árbol envidiable. Por haber crecido en un terreno junto al río, no tenía que preocuparse por el pronóstico del tiempo, las tórridas temperaturas ni un futuro incierto. Nutrido y refrescado por el río, pasaba sus días elevando las ramas hacia el sol, sosteniendo la tierra con sus raíces, purificando el aire con sus hojas y brindando sombra a todos los que necesitaban refugiarse del calor.
A manera de contraste, el profeta Jeremías se refirió a una retama (Jeremías 17:6). Cuando cesaban las lluvias y el sol estival resecaba la tierra, el arbusto se marchitaba y no podía dar sombra ni fruto a nadie.
¿Por qué compara el profeta un árbol floreciente con un arbusto reseco? Quería que su pueblo recordara lo sucedido desde el rescate milagroso de los campos de esclavitud en Egipto. Durante 40 años en el desierto, habían vivido como un árbol plantado junto a un río (2:4-6), pero la prosperidad de la tierra prometida les había hecho olvidar su propia historia, y depender de sí mismos y de dioses fabricados por ellos (vv. 7-8); al punto de querer volver a Egipto (42:14).
Por eso, a través de Jeremías, Dios exhortó con amor a los olvidadizos israelitas, y también nos exhorta a nosotros a confiar en Él y ser como el árbol… no como la retama.
Señor, ayúdame a recordar tus bendiciones del pasado.
Recordemos en los buenos tiempos lo que aprendimos durante los días difíciles.

El genio de la basura
… una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo (v. 25).
Lectura: Juan 9:1-11
La Biblia en un año: Mateo 27:51-66
Noah Purifoy empezó como artista de «recolección» con tres toneladas de escombros de los vandalismos de 1965 en una zona de Los Ángeles, Estados Unidos. Desde ruedas de bicicletas rotas y bolas de boliche hasta llantas desechadas y televisores dañados —cosas ya inservibles—, él y un colega crearon esculturas que transmitían un enérgico mensaje sobre cómo la sociedad moderna «descarta» a las personas. Un periodista se refirió a Purifoy como «el genio de la basura».
En la época de Jesús, muchos consideraban que quienes tenían enfermedades y problemas físicos eran pecadores a quien Dios estaba castigando. Entonces, los evitaban e ignoraban. Pero, cuando Jesús y sus discípulos se encontraron con un hombre que había nacido ciego, el Señor explicó que su estado no se debía al pecado, sino que era una ocasión para ver el poder de Dios: «Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo» (Juan 9:5). El ciego siguió las indicaciones de Jesús y pudo ver.
Cuando las autoridades religiosas le preguntaron, él simplemente contestó: «una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo» (v. 25).
Jesús sigue siendo el gran «genio de la basura» del mundo. El pecado nos dañó a todos, pero Él toma nuestras vidas rotas y crea una nueva.
Señor, te agradezco por tu gracia asombrosa.
Jesús es el restaurador de la vida.
Nuestro Pan Diario

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