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lunes, 20 de marzo de 2017

Mejor que una piñata



… por gracia sois salvos… (v. 5).
Lectura: Efesios 2:1-10
La Biblia en un año: Marcos 1:23-45
En México, no puede haber una fiesta sin piñata: un recipiente de cartón o arcilla lleno de golosinas. Los niños la golpean con un palo y tratan de romperla, con la esperanza de disfrutar de su contenido.
En el siglo xvi, los monjes usaban las piñatas como herramientas de enseñanza para los aborígenes de México. Eran estrellas con siete puntas que representaban los siete pecados capitales. Golpear la piñata simbolizaba la lucha contra el mal; la gente podía llevar a su casa las golosinas que caían como un recordatorio de las recompensas por guardar la fe.
Pero nosotros no podemos luchar solos contra el mal. Dios no está esperando ver nuestros esfuerzos para mostrarnos su misericordia. Efesios enseña: «por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios» (2:8). Nosotros no derrotamos el pecado; Cristo ya lo hizo.
Los niños luchan para conseguir los dulces de la piñata, pero los regalos de Dios nos llegan a todos cuando creemos en Jesús. Él «nos bendijo con toda bendición espiritual» (1:3). Tenemos perdón de pecados, redención, adopción, vida nueva, gozo, amor y mucho más. Estas bendiciones espirituales no las conseguimos por guardar la fe o ser fuertes, sino por creer en Jesús. Todo viene por gracia… ¡gracia inmerecida!
Señor, gracias por la salvación en Cristo.
Fuimos salvos por gracia. Ahora, disfrutamos las bendiciones que esa gracia trae.

El faro
… [El Señor concede] gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto… (v. 3).
Lectura: Isaías 61:1-6
La Biblia en un año: Marcos 1:1-22
L a sola existencia de un centro misionero evangélico en Ruanda, llamado «Faro», representa la redención. Está ubicado en un terreno donde el presidente del país tenía una casa espléndida durante el genocidio de 1994. Sin embargo, esta nueva estructura fue construida por cristianos, para ser un faro de luz y esperanza. Alberga un instituto bíblico —donde se prepara a una nueva generación de líderes cristianos—, un hotel, un restaurante y otros servicios para la comunidad. De las cenizas, ha surgido vida nueva. Los que construyeron el Faro se inspiran en Jesús como su fuente de esperanza y redención.
Cuando Jesús fue a la sinagoga de Nazaret en el día de reposo, leyó del libro de Isaías y anunció que Él era el Ungido que proclamaba el favor del Señor (ver Lucas 4:14-21); el que había venido a sanar a los quebrantados y ofrecer redención y perdón. Jesús es la belleza que surge de las cenizas (Isaías 61:3).
Al descubrir las atrocidades que se cometieron durante el genocidio en Ruanda, que se cobró más de medio millón de vidas, no sabemos qué decir. Pero sí sabemos que el Señor puede redimir las atrocidades… aquí o en el cielo. Aquel que concede óleo de gozo en lugar de luto da esperanza en medio de las situaciones más sombrías.
— amb
Señor, muestra tu misericordia a los que sufren.
Jesús vino a traernos esperanza en medio de las circunstancias más oscuras

Ver el mañana
Porque por fe andamos, no por vista (v. 7).
La Biblia en un año: Mateo 28
Me encanta mirar el cielo cuando no hay ninguna nube. Es una parte hermosa de la obra maestra de nuestro gran Creador, que se nos dio para disfrutarla. Imagina cuántos pilotos disfrutarán semejante panorama. Ellos usan varios términos aeronáuticos para describir un cielo perfecto para volar, pero la frase que más me gusta es: «Puedes ver el mañana».
«Ver el mañana» no está a nuestro alcance. A veces, hasta luchamos por ver o entender lo que la vida nos trae hoy. La Biblia nos dice: «no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece» (Santiago 4:14).
Pero nuestra visión limitada no es razón para desesperarse, sino todo lo contrario. Confiamos en el Dios que ve a la perfección todos nuestros mañanas; que conoce lo que necesitamos para enfrentar los desafíos que están por delante. El apóstol Pablo lo sabía, por eso nos anima con palabras esperanzadoras: «Porque por fe andamos, no por vista» (2 Corintios 5:7).
Si confiamos en Dios hoy y para los mañanas aún invisibles, no hay por qué preocuparse de nada que surja en nuestra vida. Él sabe qué está por delante, y es lo suficientemente poderoso y sabio como para controlarlo.
Señor, enséñame hoy a confiar en tu bondad y no preocuparme por el mañana.
Dios ve el principio y el final.
Nuestro Pan Diario

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