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lunes, 5 de octubre de 2009

El poder del testimonio

“Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.” 1 Juan 5:8
Cuando usted cree que Jesús es el hijo de Dios nace de nuevo. ¿Sabe lo que dice la Palabra sobre el que es nacido de nuevo? Dice que vence al mundo (1Juan 5:4). Pero lo que nos da la victoria es la fe. ¿La fe en qué? En Jesucristo y esto incluye todos los beneficios y poderes que su muerte y resurrección nos otorgaron.
Por eso en este día lo invito a leer conmigo el pasaje antes citado de 1 Juan 5:8. Dice que hay tres cosas que dan testimonio en la tierra y que nos dan el poder para vencer si tenemos fe en ellas.
1-El Espíritu (que vive dentro de usted).
2-El agua (la Palabra de Dios).
3-La sangre del Cordero (derramada en la cruz).
Usted ya está habilitado para vencer. El problema es cómo usted reacciona frente a cualquier cosa que pueda venir a su camino. Si usted reacciona como un fracasado, ese será su resultado. Pero si usted cree y acepta estos tres regalos que Dios nos dio a través de su Hijo Jesucristo, usted tiene la victoria asegurada.
La Biblia dice en Juan 10:10 que el ladrón, satanás, vino para hurtar, matar y destruir. Entonces cuando usted no le está creyendo a Dios está habilitando al enemigo para que opere en su vida.
Por eso mi mensaje en este día para usted es que empiece hoy, si no lo había hecho hasta ahora, a creer en el testimonio de la victoria de Cristo sobre satanás. Recuerde que usted ya es un vencedor, está sellado con la sangre de Cristo, tiene al Espíritu dentro suyo y tiene la Palabra. Resista al diablo y huirá de su vida. Él no tiene poder porque ya está vencido. No le dé lugar para obrar. Declare la Palabra cuando vengan pensamientos negativos. No hay otra vuelta que darle: Usted tiene que ir de victoria en victoria.
Oración: Padre, en este día creo en el testimonio del Espíritu, de tu palabra y de la sangre que derramó tu hijo Jesús. Ahora sé que tengo la victoria asegurada y ya no le voy a dar lugar a satanás para traerme pensamientos de derrota y de destrucción. Lo hecho fuera de mi vida para siempre. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo.

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