Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” Mateo 11:28-30
Todo el mundo hoy clama por paz. Tal vez usted sea uno de los que lo hacen. Quizás se sienta agobiado por tantas obligaciones, fatigado y ya no resista más. Bueno, le diré que esto no es lo que Dios preparó para usted. Él nunca lo hizo nacer para vivir bajo esas condiciones.
La solución no son unas buenas vacaciones, ni tampoco cambiar al jefe o irse de la familia. Su solución es Jesús. Es Él el que le está diciendo que le lleve sus cargas. Él le ofrece descanso a cambio de cargas ¡no es eso muy bueno!
Su vida se soluciona cuando pone a Dios primero (Mateo 6:33). Si aprendemos de Jesús la obediencia al plan de Dios, hallaremos descanso para nuestras almas. La fatiga viene porque está volcando sus fuerzas en algo que no debe hacer, o cuando hace lo que debe, pero sin confiar en Dios.
Cuando usted conoce el propósito de Dios para su vida y lo hace, este no es trabajoso, porque tiene la permanente asistencia del Espíritu Santo. Al caminar en humildad y mansedumbre como lo hizo Jesús, la preocupación y la ansiedad se van.
Tome hoy la decisión de tener un tiempo de comunión con Dios, de ocuparse de lo que Él le instruya a hacer. Tome la determinación de no preocuparse más. No diga: “Como si fuera tan fácil” Lo es cuando usted deja la ansiedad en el Señor y actúa sin ella, confiado en que Dios le dará la salida.
Vivirá su vida en el descanso de Dios y la disfrutará.
Oración: Padre gracias, en Ti hallo mi tan ansiado descanso. Puedo vivir feliz y disfrutar de la vida haciendo lo que a Ti te agrada. Renuncio a la preocupación. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo.
Todo el mundo hoy clama por paz. Tal vez usted sea uno de los que lo hacen. Quizás se sienta agobiado por tantas obligaciones, fatigado y ya no resista más. Bueno, le diré que esto no es lo que Dios preparó para usted. Él nunca lo hizo nacer para vivir bajo esas condiciones.
La solución no son unas buenas vacaciones, ni tampoco cambiar al jefe o irse de la familia. Su solución es Jesús. Es Él el que le está diciendo que le lleve sus cargas. Él le ofrece descanso a cambio de cargas ¡no es eso muy bueno!
Su vida se soluciona cuando pone a Dios primero (Mateo 6:33). Si aprendemos de Jesús la obediencia al plan de Dios, hallaremos descanso para nuestras almas. La fatiga viene porque está volcando sus fuerzas en algo que no debe hacer, o cuando hace lo que debe, pero sin confiar en Dios.
Cuando usted conoce el propósito de Dios para su vida y lo hace, este no es trabajoso, porque tiene la permanente asistencia del Espíritu Santo. Al caminar en humildad y mansedumbre como lo hizo Jesús, la preocupación y la ansiedad se van.
Tome hoy la decisión de tener un tiempo de comunión con Dios, de ocuparse de lo que Él le instruya a hacer. Tome la determinación de no preocuparse más. No diga: “Como si fuera tan fácil” Lo es cuando usted deja la ansiedad en el Señor y actúa sin ella, confiado en que Dios le dará la salida.
Vivirá su vida en el descanso de Dios y la disfrutará.
Oración: Padre gracias, en Ti hallo mi tan ansiado descanso. Puedo vivir feliz y disfrutar de la vida haciendo lo que a Ti te agrada. Renuncio a la preocupación. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo.
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