“Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino”
Proverbios 37:23
La voluntad de Dios es dirigirlo diariamente. Él le ha dado su Espíritu para guiarlo cada día hacia su destino de bendición. Por eso, es importante que cada uno de nosotros oigamos su voz y obedezcamos a su dirección.
En este camino, el diablo intentará tentarnos de distintas maneras para que abandonemos, para que nos rindamos y de no lograrlo, intentará distraernos para que perdamos el tiempo y no alcancemos lo mejor de Dios.
Son este tipo de distracciones las que debemos eliminar. Todo aquello que nos distraiga de nuestro propósito y nuestro crecimiento. A veces, nosotros hacemos cosas buenas, pero terminaron siendo una distracción que impidió que hiciéramos algo mejor, algo más grande que Dios tenía para nuestras vidas.
Estas distracciones nos desvían, nos llevan por otro rumbo, por otra senda. No necesariamente nos apartan de Dios o de las verdades bíblicas, pero sí de la Voluntad de Dios para ese momento, y detienen nuestro crecimiento.
Dios nos quiere ver manifestando todo lo que nos dio a través de Jesús, y eso sólo es posible si obedecemos su dirección. Muchas veces, en los momentos de oración, Dios nos muestra algo que debemos cambiar en nuestras vidas, a alguien que debemos perdonar o una situación que debemos restaurar y nos vamos silbando para el otro lado, nos hacemos los distraídos. Dios está esperando que pasemos por la puerta de la sanidad, de la restauración y nosotros nos vamos a la plaza a predicar, nos vamos a orar por la gente, todas cosas buenas y agradables a Dios, pero no lo que nos está indicando Él. Dios nos está esperando en el lugar que nos indicó porque quiere tratar con nuestras vidas y hacer fructífera cada área. No debemos dejar procesos de Dios por la mitad. ¿De qué nos serviría estar haciendo cosas buenas si arruinamos y perdemos las mejores? Después hay heridas por dentro, hay otros que son perjudicados, hijos, familias. ¿De qué serviría? No sirve de nada. Lo que sirve es enfocarse en Dios y hacer las cosas paso por paso. Usted así verá la victoria para su espíritu, la victoria para su alma, la victoria para su familia. Usted cumplirá su propósito en Dios, será un hombre, una mujer bendecida, sus hijos serán gente poderosa sobre la tierra e irán hacia las mejores cosas de la vida.
No permita que las distracciones lo priven de lo mejor de Dios. Usted está llamado a disfrutar de la excelencia que Dios ha provisto para su vida. Por eso es importante que tome las decisiones correctas ante la dirección de Dios. Elija lo mejor. Elija lo fructífero. Usted es un triunfador, un ganador, que llega a la meta y no se queda mirando a los lados por el camino.
Disfrutará de lo mejor de Dios.
Oración: Padre, perdóname por desobedecerte. Hoy elijo seguir tu dirección. No permitiré que distracciones me demoren en mi camino. Tengo tu unción y tu fortaleza para lograrlo. Gracias Padre, alcanzaré lo mejor. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo.
Proverbios 37:23
La voluntad de Dios es dirigirlo diariamente. Él le ha dado su Espíritu para guiarlo cada día hacia su destino de bendición. Por eso, es importante que cada uno de nosotros oigamos su voz y obedezcamos a su dirección.
En este camino, el diablo intentará tentarnos de distintas maneras para que abandonemos, para que nos rindamos y de no lograrlo, intentará distraernos para que perdamos el tiempo y no alcancemos lo mejor de Dios.
Son este tipo de distracciones las que debemos eliminar. Todo aquello que nos distraiga de nuestro propósito y nuestro crecimiento. A veces, nosotros hacemos cosas buenas, pero terminaron siendo una distracción que impidió que hiciéramos algo mejor, algo más grande que Dios tenía para nuestras vidas.
Estas distracciones nos desvían, nos llevan por otro rumbo, por otra senda. No necesariamente nos apartan de Dios o de las verdades bíblicas, pero sí de la Voluntad de Dios para ese momento, y detienen nuestro crecimiento.
Dios nos quiere ver manifestando todo lo que nos dio a través de Jesús, y eso sólo es posible si obedecemos su dirección. Muchas veces, en los momentos de oración, Dios nos muestra algo que debemos cambiar en nuestras vidas, a alguien que debemos perdonar o una situación que debemos restaurar y nos vamos silbando para el otro lado, nos hacemos los distraídos. Dios está esperando que pasemos por la puerta de la sanidad, de la restauración y nosotros nos vamos a la plaza a predicar, nos vamos a orar por la gente, todas cosas buenas y agradables a Dios, pero no lo que nos está indicando Él. Dios nos está esperando en el lugar que nos indicó porque quiere tratar con nuestras vidas y hacer fructífera cada área. No debemos dejar procesos de Dios por la mitad. ¿De qué nos serviría estar haciendo cosas buenas si arruinamos y perdemos las mejores? Después hay heridas por dentro, hay otros que son perjudicados, hijos, familias. ¿De qué serviría? No sirve de nada. Lo que sirve es enfocarse en Dios y hacer las cosas paso por paso. Usted así verá la victoria para su espíritu, la victoria para su alma, la victoria para su familia. Usted cumplirá su propósito en Dios, será un hombre, una mujer bendecida, sus hijos serán gente poderosa sobre la tierra e irán hacia las mejores cosas de la vida.
No permita que las distracciones lo priven de lo mejor de Dios. Usted está llamado a disfrutar de la excelencia que Dios ha provisto para su vida. Por eso es importante que tome las decisiones correctas ante la dirección de Dios. Elija lo mejor. Elija lo fructífero. Usted es un triunfador, un ganador, que llega a la meta y no se queda mirando a los lados por el camino.
Disfrutará de lo mejor de Dios.
Oración: Padre, perdóname por desobedecerte. Hoy elijo seguir tu dirección. No permitiré que distracciones me demoren en mi camino. Tengo tu unción y tu fortaleza para lograrlo. Gracias Padre, alcanzaré lo mejor. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo.
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