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domingo, 22 de noviembre de 2009

VIVIENDO LO QUE SOMOS

Reflexión basadas en Mateo 5: 13 – 16.

Hice un énfasis especial en establecer claramente en la vida personal y familiar, las prácticas y conductas que muestren que somos lo que Jesús dice en el pasaje de Mateo 5. Acudí al uso del Pacto de la Iglesia que fue establecido en Septiembre de 1911 y que ha regido el estilo del ministerio y de vida de los miembros hasta la fecha. Hoy estamos adjuntando una copia de ese Pacto debido a la demanda de muchas personas que se interesaron en tener una copia. En el mismo usted podrá encontrar más de 20 expresiones de la conducta cristiana que son evidencias de nuestro compromiso con Cristo y con la Iglesia. La expresión de esas conductas y otras vinculadas con su propio entorno personal y familiar, nos permiten dar evidencias de que somos sal y luz en la tierra donde vivimos. Jesús dice, “….así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. La luz de Cristo en nuestras vidas disipa tinieblas y muestra lo que somos. En la conclusión de Jesús en este llamado del verso 16, se destaca la frase: “que vean vuestras buenas obras”. Para poder ver hay que salir de las tinieblas, dejar de hacer lo malo en todo sentido. En estos tiempos difíciles en lo social y político en nuestra República del Uruguay, los cristianos debemos mostrar esa Luz del Evangelio que está en nuestras vidas.
Por ejemplo no debería un cristiano caer en vulgaridades y manoseos de nadie. Recordemos aquello de ”Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. La convivencia en paz y armonía de unos con otros se hace posible si combatimos la descomposición de la sociedad siendo “sal de la tierra”; la convivencia de unos con otros se hará llevadera si los cristianos “somos luz”, generadores de luz y no de tinieblas. Cada persona con los valores y principios bíblicos claramente establecidos en su vida y en su familia debe ser generadora de salvación para quienes viven y actúan en las tinieblas morales y espirituales que imperan actualmente.
Los cristianos evangélicos, somos llamados a orar y a confiar que Dios encaminará todas las situaciones para el cumplimiento de Su Plan Eterno de Redención. No somos llamados a aumentar la descomposición social ni a aumentar las tinieblas en lo que decimos y hacemos. Se nos ha encomendado que todo lo que hagamos y digamos sea para honrar a Cristo y darle gloria al nombre de Cristo. Vivamos cada día siendo sal y luz.

Pr. Lemuel Larrosa

Tomado del Heraldo de la PIEBU

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