Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas …...(Deuteronomio 8:18)
Hay un principio específico en la Palabra de Dios que creo que muchos cristianos han pasado desapercibido, sin embargo, este principio es fundamental, aun fundamental para que la manifestación de las promesas y provisión de Dios ocurran en nuestras vidas. Como he experimentado en mi propio caminar con Dios, este principio abre muchas, muchas puertas y libera promesas.
Estoy hablando del principio de los Primeros Frutos. La palabra hebrea para “primicias” es bikkurim que quiere decir “una promesa por venir”, y comparte la misma raíz de la palabra, bekhor, el término que significa “primogénito”.
La festividad judía que celebra la Fiesta de las Primicias, Yom HaBikkurim, es una de las fiestas más mencionadas en la Biblia, luego de la Pascua. La Fiesta de las Primicias celebra y reconoce la mano de Dios de bendición y provisión sobre Su pueblo. La ofrenda de primicias se la ve tan temprano como en el tiempo de Caín y Abel; las primicias, o el principio de las primeras cosas, tiene que ver con dar el todo de lo primero, no sólo una parte, como el caso del diezmo.
En los días antiguos, el proceso de reunir las primicias de los granos involucraba esmerados preparativos. Cada familia entre los israelitas tenía que estar atento a los primeros brotes o granos. Una vez que los encontraban, los designaban como primeros atándoles un pedazo de hilo rojo alrededor de la rama, vástago o vid.
Cuando los granos maduraban y eran cosechados, esas primicias eran llevadas al templo y presentadas al sumo sacerdote de acuerdo con el modelo de Dios. El sacerdote aceptaba la ofrenda de cada hogar, y la levantaba como una ofrenda mecida bien por encima de su cabeza, presentándola al Dios de Israel en acción de gracias y reconocimiento de Su continua provisión y bendición. Una vez que la ofrenda de las primicias había sido hecha, la gente era libre para disfrutar el resto de la cosecha, debido a que lo primero había santificado_el_resto.
Lo esencial de los primeros frutos no estaba limitado a la vegetación. Se lo encuentra en toda la Palabra, y trata con todas las “primeras cosas”.
No te demores en presentarme las ofrendas de tus graneros y de tus lagares. Tus hijos primogénitos serán para mí. »También serán para mí tus toros y tus ovejas… (Éxodo 22:29-30 NVI)
Observe las instrucciones que Dios dio a Moisés cuando Él preparó a los israelitas para ser guiados para salir de la esclavitud en Egipto.
Todo primogénito de asno redimirás con (sustituyéndolo por) un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos. (Éxodo 13:13 B. Ampl.)
Dios demanda el derecho a todo lo primero – lo primero de los granos, de todo primogénito masculino de ganado lanar y vacuno, todo primogénito macho. Todo lo primero tiene que ser dedicado a Dios por medio de Su pacto. Cada vez que algo es llamado primero, un primer fruto, una cosa dedicada, le pertenece a Dios.
Ahora, quiero dirigir su atención a la escritura clave que se encuentra en Deuteronomio 8:17-18 que yo creo que es también crucial para comprender el principio de las primicias:
Y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. (Deuteronomio 8:17-18).
¿Ve? Podemos observar directamente el término “recordar” en Deuteronomio 8:18, porque todos sabemos que “recordar” quiere decir traer a memoria, estar atento a algo o retener una idea o conmemorar a alguien o algo. A menudo, la palabra hebrea traducida “recordar” quiere decir eso. Pero en este y en otros lugares, significa algo más.
En este versículo, la palabra hebrea es zakar. “Sino zakar al Señor tu Dios…” Zakar quiere decir “recordado correctamente como un macho de hombre o animal, como el más notable; marcar como reconocido como macho.”
Recién hemos leído cómo los israelitas marcaban las primicias de la cosecha. También leemos cómo Dios le mandó que dedicaran lo primero de sus rebaños y ganados, y aún a sus hijos primogénitos como una ofrenda de primicias – para recordar que fue Dios quien los guió a salir de la cautividad, que es Dios el que les da la habilidad para hacer riquezas. Ahora vemos a Dios usando la palabra zakar, la cual quiere decir marcar apropiadamente como masculino… de Dios mismo.
¿Con qué se relacionaba el proceso de marcar al primer macho nacido? Se relacionaba con el principio de las primicias. Recuerde, la raíz hebrea para primicias es bikkurim, la misma que para el término primogénito. Así que, podríamos leer esta escritura en una traducción más literal para decir:
Sino acuérdate (primicias) de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas…
Demasiado a menudo perdemos de vista la verdad de que no son nuestras habilidades las que nos dan la habilidad para prosperar y tener éxito – sino que es Dios quien nos bendice, ¡Dios es el que nos da poder!
Cuando activamos el principio de las primicias por medio de la guía de conducta prescripta por medio de la ofrenda obligatoria que Dios manda, en Éxodo 23:15-16:
La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.
También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo.
—estamos reconociendo que es Dios el que nos da la habilidad para prosperar y tener éxito. En otras palabras, cuando le damos al Señor los “primeros frutos”, Él nos da la habilidad para hacer riquezas. De este modo, el principio de las primicias operando en nuestras vidas es la llave para caminar en la plenitud de las promesas de Dios.
Dios aún considera las primeras cosas como santas y dedicadas a Él, pero hoy, las primicias tienen que ver con la práctica de “guardar Lo Principal, lo principal,” ¡y Dios es lo Principal!” Primicias significa lo primero en lugar, orden y rango; el comienzo, lo importante, lo principal. Dios dice que las primeras cosas pertenecen a Él para establecer el pacto redentor con todo lo que viene después. En el modelo de Dios, cualquier cosa que es primera establece el resto. Lo primero es la raíz, de la cual el resto es determinado.
La clave es vivir de acuerdo a los patrones y principios de Dios. ¡Usted no puede rogar por la provisión y violar los principios si quiere ver la provisión de parte de Dios! Pero así como hay resultados por estar fuera del alineamiento de Dios, hay recompensas por guardar Sus patrones divinos. Seguir o alinearse a los principios y sistemas de Dios produce resultados positivos.
Entonces honre a Dios con sus primicias, creyendo por una cosecha de bendiciones en el 2010 – “¡Un Año de Nuevos Comienzos!”
Hay un principio específico en la Palabra de Dios que creo que muchos cristianos han pasado desapercibido, sin embargo, este principio es fundamental, aun fundamental para que la manifestación de las promesas y provisión de Dios ocurran en nuestras vidas. Como he experimentado en mi propio caminar con Dios, este principio abre muchas, muchas puertas y libera promesas.
Estoy hablando del principio de los Primeros Frutos. La palabra hebrea para “primicias” es bikkurim que quiere decir “una promesa por venir”, y comparte la misma raíz de la palabra, bekhor, el término que significa “primogénito”.
La festividad judía que celebra la Fiesta de las Primicias, Yom HaBikkurim, es una de las fiestas más mencionadas en la Biblia, luego de la Pascua. La Fiesta de las Primicias celebra y reconoce la mano de Dios de bendición y provisión sobre Su pueblo. La ofrenda de primicias se la ve tan temprano como en el tiempo de Caín y Abel; las primicias, o el principio de las primeras cosas, tiene que ver con dar el todo de lo primero, no sólo una parte, como el caso del diezmo.
En los días antiguos, el proceso de reunir las primicias de los granos involucraba esmerados preparativos. Cada familia entre los israelitas tenía que estar atento a los primeros brotes o granos. Una vez que los encontraban, los designaban como primeros atándoles un pedazo de hilo rojo alrededor de la rama, vástago o vid.
Cuando los granos maduraban y eran cosechados, esas primicias eran llevadas al templo y presentadas al sumo sacerdote de acuerdo con el modelo de Dios. El sacerdote aceptaba la ofrenda de cada hogar, y la levantaba como una ofrenda mecida bien por encima de su cabeza, presentándola al Dios de Israel en acción de gracias y reconocimiento de Su continua provisión y bendición. Una vez que la ofrenda de las primicias había sido hecha, la gente era libre para disfrutar el resto de la cosecha, debido a que lo primero había santificado_el_resto.
Lo esencial de los primeros frutos no estaba limitado a la vegetación. Se lo encuentra en toda la Palabra, y trata con todas las “primeras cosas”.
No te demores en presentarme las ofrendas de tus graneros y de tus lagares. Tus hijos primogénitos serán para mí. »También serán para mí tus toros y tus ovejas… (Éxodo 22:29-30 NVI)
Observe las instrucciones que Dios dio a Moisés cuando Él preparó a los israelitas para ser guiados para salir de la esclavitud en Egipto.
Todo primogénito de asno redimirás con (sustituyéndolo por) un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos. (Éxodo 13:13 B. Ampl.)
Dios demanda el derecho a todo lo primero – lo primero de los granos, de todo primogénito masculino de ganado lanar y vacuno, todo primogénito macho. Todo lo primero tiene que ser dedicado a Dios por medio de Su pacto. Cada vez que algo es llamado primero, un primer fruto, una cosa dedicada, le pertenece a Dios.
Ahora, quiero dirigir su atención a la escritura clave que se encuentra en Deuteronomio 8:17-18 que yo creo que es también crucial para comprender el principio de las primicias:
Y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. (Deuteronomio 8:17-18).
¿Ve? Podemos observar directamente el término “recordar” en Deuteronomio 8:18, porque todos sabemos que “recordar” quiere decir traer a memoria, estar atento a algo o retener una idea o conmemorar a alguien o algo. A menudo, la palabra hebrea traducida “recordar” quiere decir eso. Pero en este y en otros lugares, significa algo más.
En este versículo, la palabra hebrea es zakar. “Sino zakar al Señor tu Dios…” Zakar quiere decir “recordado correctamente como un macho de hombre o animal, como el más notable; marcar como reconocido como macho.”
Recién hemos leído cómo los israelitas marcaban las primicias de la cosecha. También leemos cómo Dios le mandó que dedicaran lo primero de sus rebaños y ganados, y aún a sus hijos primogénitos como una ofrenda de primicias – para recordar que fue Dios quien los guió a salir de la cautividad, que es Dios el que les da la habilidad para hacer riquezas. Ahora vemos a Dios usando la palabra zakar, la cual quiere decir marcar apropiadamente como masculino… de Dios mismo.
¿Con qué se relacionaba el proceso de marcar al primer macho nacido? Se relacionaba con el principio de las primicias. Recuerde, la raíz hebrea para primicias es bikkurim, la misma que para el término primogénito. Así que, podríamos leer esta escritura en una traducción más literal para decir:
Sino acuérdate (primicias) de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas…
Demasiado a menudo perdemos de vista la verdad de que no son nuestras habilidades las que nos dan la habilidad para prosperar y tener éxito – sino que es Dios quien nos bendice, ¡Dios es el que nos da poder!
Cuando activamos el principio de las primicias por medio de la guía de conducta prescripta por medio de la ofrenda obligatoria que Dios manda, en Éxodo 23:15-16:
La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.
También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus labores del campo.
—estamos reconociendo que es Dios el que nos da la habilidad para prosperar y tener éxito. En otras palabras, cuando le damos al Señor los “primeros frutos”, Él nos da la habilidad para hacer riquezas. De este modo, el principio de las primicias operando en nuestras vidas es la llave para caminar en la plenitud de las promesas de Dios.
Dios aún considera las primeras cosas como santas y dedicadas a Él, pero hoy, las primicias tienen que ver con la práctica de “guardar Lo Principal, lo principal,” ¡y Dios es lo Principal!” Primicias significa lo primero en lugar, orden y rango; el comienzo, lo importante, lo principal. Dios dice que las primeras cosas pertenecen a Él para establecer el pacto redentor con todo lo que viene después. En el modelo de Dios, cualquier cosa que es primera establece el resto. Lo primero es la raíz, de la cual el resto es determinado.
La clave es vivir de acuerdo a los patrones y principios de Dios. ¡Usted no puede rogar por la provisión y violar los principios si quiere ver la provisión de parte de Dios! Pero así como hay resultados por estar fuera del alineamiento de Dios, hay recompensas por guardar Sus patrones divinos. Seguir o alinearse a los principios y sistemas de Dios produce resultados positivos.
Entonces honre a Dios con sus primicias, creyendo por una cosecha de bendiciones en el 2010 – “¡Un Año de Nuevos Comienzos!”
Fuente: Ministerio Cristo la Solución
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