“Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra…” Génesis 18:1-2
Hoy lo quiero animar a que comprenda el beneficio de obrar en la honra a Dios a través del servicio. Su vida es muy especial para Él y lo que hay dentro de usted es extraordinario, listo y maduro para ser soltado en los corazones de los que lo rodean a diario.
En primer lugar, el servicio a Dios nos abre puertas en el corazón de otras personas. Cuando esto suceda vendrán a su vida palabras de bendición para impartir a esas personas a las cuales se les abrirán las puertas de los cielos. Por eso debemos tener siempre una actitud de servicio. Usted es la clave para otras vidas.
Sabe, Abraham entendió esta actitud de servicio. Dice la palabra que él “corrió”. Esa es una verdadera cualidad del servicio. Apresurarse, ser solícito. El relato de hoy, nos hace pensar que la actitud de moverse rápido y darles lo mejor, lo acercó más a la promesa de tener un hijo. ¿Cómo lo sé? Leamos lo siguiente:
“Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.”
Génesis 18:10
Además Abraham consideró un privilegio el servirles. Esta actitud es un beneficio tanto como para el que lo recibe como para el que lo manifiesta. Y las cosas imposibles se hacen posibles. Yo le digo como lo dijo Dios “¿habrá algo imposible para Dios que no pueda hacer en su vida hoy?
Pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros.
Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
Filipenses 2: 20-21
Alguien que se interesa en alcanzar su destino con Dios es siempre alguien que se interesa por los demás ayudándolos generosamente.
Nunca debe olvidar que uno se desarrolla espiritualmente dando y sirviendo a otros primero antes que a usted mismo.
Fíjese que a medida que conocemos más a Dios tenemos que ir interesándonos más por los demás, porque ese es el espíritu de nuestro Padre celestial.
Oración: Padre, desarrollaré más interés en otras personas que en mi mismo. Entiendo que este servicio solícito te honra y a la vez me acerca más al cumplimiento de Tu palabra, por eso, te doy gracias en el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo
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