“Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará.” Daniel 11:32
A todos nos suceden hechos que nos parecen difíciles de resolver, pero en el diario vivir es mucho mejor enfrentar tales situaciones con fe en la palabra de Dios que con temor. Si usted está pasando por un desafío, tenga la seguridad que hoy mismo tendrá la victoria.
Mire, Jesús le dijo a la hermana de lázaro – no te dije que si creyeres verás la gloria de Dios. Entonces comience el día declarando: “yo hoy veré la gloria de Dios.”
Tenga en cuenta que nunca conoceremos nuestras habilidades o nuestras limitaciones a menos que nuestra fe sea probada. Siempre los desafíos nos harán descubrir nuestro potencial y talentos. Piense que cada victoria en su vida ha demandado un desafío a su fe. Cuando esto sucede, nos trae beneficio propio pero también a nuestros hijos y a otras personas.
Por ejemplo, cuando Benjamín Franklin descubre como liberar la electricidad, no sólo él se benefició con su invento sino también benefició a otros. Fíjese cuántas cosas funcionan en su casa gracias a ella. Franklin, frente a tal desafío, descubrió que tenía la habilidad para crear la solución que ese problema requería. Entonces, ¡imagínese hasta dónde puede llegar el bien! Es sorprendente. Quizás usted sea el próximo inventor de algo con lo cual se beneficie toda la humanidad, solamente hace falta que su fe sea desafiada. Y ¿Por qué esto puede ser posible? Porque la fe es un espíritu pionero, porque nos ayuda a ver más allá de lo común.
Sabe, Dios quiere que se esfuerce y actué, para eso son los desafíos, no debemos estar sentados esperando que las cosas sucedan. Diga: estoy marcado para las bendiciones. Le digo que lo van abrazar grandes sueños por sólo ser esforzado.
Nunca mire una situación desde el lado de la pérdida, sino del lado de Dios, si vienen obstáculos no es para volver atrás. Hoy mismo sáltelos en el nombre de Jesús.
Oración: Padre, entiendo que los problemas no son para que me deprima, sino para esforzarme y actuar en tu nombre y así conoceré mis talentos y habilidades con las cuales me has provisto. Mis problemas son pan comido. Gracias en el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo
A todos nos suceden hechos que nos parecen difíciles de resolver, pero en el diario vivir es mucho mejor enfrentar tales situaciones con fe en la palabra de Dios que con temor. Si usted está pasando por un desafío, tenga la seguridad que hoy mismo tendrá la victoria.
Mire, Jesús le dijo a la hermana de lázaro – no te dije que si creyeres verás la gloria de Dios. Entonces comience el día declarando: “yo hoy veré la gloria de Dios.”
Tenga en cuenta que nunca conoceremos nuestras habilidades o nuestras limitaciones a menos que nuestra fe sea probada. Siempre los desafíos nos harán descubrir nuestro potencial y talentos. Piense que cada victoria en su vida ha demandado un desafío a su fe. Cuando esto sucede, nos trae beneficio propio pero también a nuestros hijos y a otras personas.
Por ejemplo, cuando Benjamín Franklin descubre como liberar la electricidad, no sólo él se benefició con su invento sino también benefició a otros. Fíjese cuántas cosas funcionan en su casa gracias a ella. Franklin, frente a tal desafío, descubrió que tenía la habilidad para crear la solución que ese problema requería. Entonces, ¡imagínese hasta dónde puede llegar el bien! Es sorprendente. Quizás usted sea el próximo inventor de algo con lo cual se beneficie toda la humanidad, solamente hace falta que su fe sea desafiada. Y ¿Por qué esto puede ser posible? Porque la fe es un espíritu pionero, porque nos ayuda a ver más allá de lo común.
Sabe, Dios quiere que se esfuerce y actué, para eso son los desafíos, no debemos estar sentados esperando que las cosas sucedan. Diga: estoy marcado para las bendiciones. Le digo que lo van abrazar grandes sueños por sólo ser esforzado.
Nunca mire una situación desde el lado de la pérdida, sino del lado de Dios, si vienen obstáculos no es para volver atrás. Hoy mismo sáltelos en el nombre de Jesús.
Oración: Padre, entiendo que los problemas no son para que me deprima, sino para esforzarme y actuar en tu nombre y así conoceré mis talentos y habilidades con las cuales me has provisto. Mis problemas son pan comido. Gracias en el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo
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