Léase Marcos 6.30-44
Respondiendo [Jesús], les dijo: Dadles vosotros de comer.
- Marcos 6.37 (RVR)
¿HA estado alguna vez verdaderamente hambriento? Quizás no tomó el desayuno o el almuerzo, de manera que para la próxima comida se sintió con mucha hambre, hasta temblando. Ahora imagínese no poder aliviar esa hambre.
Damos por hecho que Dios nos va a suplir el «pan diario» que le pedimos en el Padrenuestro. Podemos incluso pensar como los discípulos en el pasaje de hoy: que quienes están hambrientos pueden comprar algo para comer si lo desean. Pero las noticias nos dicen que el hambre es muy real en nuestros tiempos, así como lo fue en los tiempos de Jesús. En nuestros vecindarios, en mi pequeño pueblo, en las ciudades pequeñas y grandes hay muchas personas que necesitan alimento.
Estoy orgulloso de que en mi iglesia hay un almacén de alimentos gratuitos. En este ministerio interdenominacional, trabajamos unidos para alimentar a nuestro prójimo. Hacemos lo que Jesús le dijo a los discípulos: «Dadles vosotros de comer». Recordemos las palabras de Jesús en Mateo 25.40: «De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis».
Sr. William O. Palmer (Pensilvania, EUA)
Oración:
Señor, toca nuestros corazones para que estemos dispuestos/as a alimentar a nuestro prójimo en necesidad. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Hay personas hambrientas muy cerca de nosotros.
OREMOS:
Por los ministerios que distribuyen alimentos.
Respondiendo [Jesús], les dijo: Dadles vosotros de comer.
- Marcos 6.37 (RVR)
¿HA estado alguna vez verdaderamente hambriento? Quizás no tomó el desayuno o el almuerzo, de manera que para la próxima comida se sintió con mucha hambre, hasta temblando. Ahora imagínese no poder aliviar esa hambre.
Damos por hecho que Dios nos va a suplir el «pan diario» que le pedimos en el Padrenuestro. Podemos incluso pensar como los discípulos en el pasaje de hoy: que quienes están hambrientos pueden comprar algo para comer si lo desean. Pero las noticias nos dicen que el hambre es muy real en nuestros tiempos, así como lo fue en los tiempos de Jesús. En nuestros vecindarios, en mi pequeño pueblo, en las ciudades pequeñas y grandes hay muchas personas que necesitan alimento.
Estoy orgulloso de que en mi iglesia hay un almacén de alimentos gratuitos. En este ministerio interdenominacional, trabajamos unidos para alimentar a nuestro prójimo. Hacemos lo que Jesús le dijo a los discípulos: «Dadles vosotros de comer». Recordemos las palabras de Jesús en Mateo 25.40: «De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis».
Sr. William O. Palmer (Pensilvania, EUA)
Oración:
Señor, toca nuestros corazones para que estemos dispuestos/as a alimentar a nuestro prójimo en necesidad. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Hay personas hambrientas muy cerca de nosotros.
OREMOS:
Por los ministerios que distribuyen alimentos.
Fuente: Aposento Alto.
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