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jueves, 4 de marzo de 2010

Poniendo las cosas en su lugar

“Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.” Mateo 12:46-50
¿Sabía usted que Jesús le daba importancia a la familia? Dice estas palabras porque sabía que sus hermanos querían interrumpir el camino del avance hacia su destino divino. Usted tiene que saber que cualquier cosa que quiera robarle el avance hacia su destino divino, tiene que dejarlo de lado para darle prioridad a lo que dice Dios. Eso no quiere decir que rechace a su familia sino que pone en primer lugar lo que debe estar en ese lugar. Si usted lo ha puesto a Dios en primer lugar y como máxima autoridad en su vida, será una bendición para sus seres queridos. Pero si le da importancia a la opinión de sus seres queridos, la opinión y la voluntad de Dios quedarán en segundo lugar. Hay dos veces que sus padres lo perdieron a Jesús teniendo doce años, y él les responde que en los negocios de su Padre le era necesario estar. Si renovamos nuestro entendimiento en línea con la Palabra, vamos a comprobar la buena voluntad agradable y perfecta para nuestra vida. Se cumplirá el deseo de Dios en nosotros.
¿Cuánta influencia negativa trae? ¡Tendrá que levantar en alto la opinión de Dios. ¿Qué le pasó a David cuando iba a enfrentar al gigante? Primero escuchó al hermano, que le dijo: “¿Qué vienes a hacer acá? Te conozco que eres malvado.” Después escuchó al pueblo que hablaba de manera temerosa. Después escuchó a Saúl, diciéndole: “Cuidado que es un guerrero fuerte.” Y por último escuchó a Goliat. Pero por arriba de todas las opiniones le creyó a la opinión de Dios. Y le dijo al gigante: “Yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos y te venceré.” Él siguió adelante y para enfrentarlo le dijo: ¿quién es este incircunciso para hablar en contra de mi Dios y en contra del pueblo de Dios? Él sabía que tenía un pacto con Dios. Por más pequeñito que era podía vencer a cualquier gigante. Así que a pesar de cualquier problema o tempestad usted está construyendo esa manera de pensar.
Usted tiene ese espíritu de David, un espíritu de un ganador, de vencedor. Ponga las cosas en el lugar correcto. Déle prioridad a Dios y a su Palabra y lo demás será añadido.
Oración: Padre, hoy comenzaré a poner las cosas en el lugar correcto. No dejaré que la opinión de los demás interfiera en mi propósito. Lo haré, en el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo

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