“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” Josué 1:8
Cuando entramos al camino de Dios comenzamos a vivir una vida diferente en la cual vamos recibiendo la Palabra de Dios a Diario. No sólo vamos recibiendo la Palabra de verdad sino que la transmitimos a otros. Y esas personas que vamos ayudando a formarse en la Palabra, siguen caminando en la verdad. Entonces vamos a ver que estas personas van a ir creciendo y alcanzando madurez. Siempre, aquellos a quienes estamos liderando van a ir recibiendo la verdad. Diga: “¡La unción está en mi vida para transmitir a otros la verdad y para que caminen en la verdad!” Esa verdad que nos revela la Palabra, los derechos, la herencia que tenemos en Dios, se irán revelando en nuestras vidas para ir caminando como reyes. Nuestra vida no va a estar limitada y no tenemos que pensar que no vamos a ir más allá, sino que usted irá hacia su destino de bendición.
Mire esto: hay una recompensa que puede obtener un líder, alguien que va transmitiendo lo que recibe. Usted tiene que transmitir siempre lo que recibe de Dios. Detrás de esa verdad que recibe y transmite, hay grandes cosas que Dios va a hacer. Verá que lo que fue sembrando, va causando un efecto en las personas y verá cosas brillantes como resultado.
Su recompensa será que sembró la verdad y se irá encaminando en esa verdad. Usted puede sembrar semillas pero hay varias clases de terrenos, no se decepcione por nada, porque todo lo que va transmitiendo va a causar un efecto poderoso. El Apóstol Juan dice que se regocija porque lo que él transmitió, a su vez, los que recibieron la verdad, la transmitieron a otros. Así funciona todo en el Reino de Dios: siembra y cosecha.
Oración: Padre, hoy comenzaré a sembrar tu Palabra a otros. Yo siembro y cosecho multiplicado. Lo haré con alegría y sabiendo que recibiré mi recompensa. Gracias por tu Palabra que trae bendición a mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
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