“Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso. Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.” Lucas 1:11-13
Gabriel visitó a Zacarías para darle buenas nuevas.
Observemos desde el versículo 11 en delante del libro de Lucas 1. El ángel le dijo: “Zacarías, no temas.” ¡Dios iba a intervenir y vendría lo que ellos habían estado esperando! Declare: “Estoy esperando algo que es tan poderoso que no sólo llenará mi vida de grandes bendiciones, sino que tocará a muchas vidas para que sean tremendamente bendecidas.” La promesa que Elisabet había recibido sobre su hijo era: “Será grande delante de Dios”. El ángel está hablando de algo, pero ni siquiera la mujer estaba embarazada aún. La clave en todo esto es creer. Fíjese que Zacarías en lugar de creer, tuvo temor.
La fe es creer en aquello que aún no se ha manifestado. Por eso hoy quiero decirle que tiene que creer en algo de lo que ni siquiera todavía hay un síntoma. Si conoce la historia (si no, leála) verá que Juan tenía un propósito muy importante que cumplir. Por eso era muy importante que sus padres creyeran a Dios de que ese milagro se manifestaría. Juan iba a venir para preparar delante del Señor un pueblo bien dispuesto, ¡eso iba a hacer Juan! Todo eso estaba escuchando Zacarías sobre su hijo pero estaba viejo. Usted debe confesar: “Nunca es tarde.” Pero Zacarías empezó a dar vueltas, en el versículo 18 preguntó: ¿en qué conoceré? Algunos escuchan algo acá y dicen; “Señor, dame una señal”. ¿Para qué pide una cosa que la Biblia no le dice que debe pedir? ¿Qué quiere que pase si no confiesa lo que dice la Palabra? ¡Debemos creer!
Respondiendo el ángel en el versículo 19 dijo: “Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.” De la boca de Dios sólo pueden venir buenas nuevas, entonces ¿Por qué temer? El ángel llamó a la Palabra de fe “buenas nuevas”. Entonces le dice: “Ahora quedarás mudo.” (Vs. 20) Quedó mudo por no creer a la Palabra. Hoy usted no necesita quedar mudo para que se cumpla el plan el Dios, basta con que le crea. Usted tiene ese poder dentro suyo.
Oración: Padre, hoy me determino a creer a tu Palabra y utilizar ese poder espiritual que pusiste dentro de mí, que es la fe. No temeré a las circunstancia, te creeré a ti, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
Gabriel visitó a Zacarías para darle buenas nuevas.
Observemos desde el versículo 11 en delante del libro de Lucas 1. El ángel le dijo: “Zacarías, no temas.” ¡Dios iba a intervenir y vendría lo que ellos habían estado esperando! Declare: “Estoy esperando algo que es tan poderoso que no sólo llenará mi vida de grandes bendiciones, sino que tocará a muchas vidas para que sean tremendamente bendecidas.” La promesa que Elisabet había recibido sobre su hijo era: “Será grande delante de Dios”. El ángel está hablando de algo, pero ni siquiera la mujer estaba embarazada aún. La clave en todo esto es creer. Fíjese que Zacarías en lugar de creer, tuvo temor.
La fe es creer en aquello que aún no se ha manifestado. Por eso hoy quiero decirle que tiene que creer en algo de lo que ni siquiera todavía hay un síntoma. Si conoce la historia (si no, leála) verá que Juan tenía un propósito muy importante que cumplir. Por eso era muy importante que sus padres creyeran a Dios de que ese milagro se manifestaría. Juan iba a venir para preparar delante del Señor un pueblo bien dispuesto, ¡eso iba a hacer Juan! Todo eso estaba escuchando Zacarías sobre su hijo pero estaba viejo. Usted debe confesar: “Nunca es tarde.” Pero Zacarías empezó a dar vueltas, en el versículo 18 preguntó: ¿en qué conoceré? Algunos escuchan algo acá y dicen; “Señor, dame una señal”. ¿Para qué pide una cosa que la Biblia no le dice que debe pedir? ¿Qué quiere que pase si no confiesa lo que dice la Palabra? ¡Debemos creer!
Respondiendo el ángel en el versículo 19 dijo: “Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas.” De la boca de Dios sólo pueden venir buenas nuevas, entonces ¿Por qué temer? El ángel llamó a la Palabra de fe “buenas nuevas”. Entonces le dice: “Ahora quedarás mudo.” (Vs. 20) Quedó mudo por no creer a la Palabra. Hoy usted no necesita quedar mudo para que se cumpla el plan el Dios, basta con que le crea. Usted tiene ese poder dentro suyo.
Oración: Padre, hoy me determino a creer a tu Palabra y utilizar ese poder espiritual que pusiste dentro de mí, que es la fe. No temeré a las circunstancia, te creeré a ti, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
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