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lunes, 1 de marzo de 2010

La familia, un diseño de Dios

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” Génesis 1:27-28
La familia es el diseño de Dios para el hombre. Desde el principio de la creación Dios estableció al hombre sobre la tierra, formó a su mujer y les dio la orden de reproducirse. En familia sojuzgarían, en familia gobernarían, en familia progresarían.
La familia es una bendición de Dios. Para muchos es un castigo por como viven diariamente, pero es una bendición. El diablo sabe que cuando el hombre vive en armonía con su familia y se une en los propósitos de Dios, él queda afuera y sin poder, por eso intenta dividir y traer contienda dentro del núcleo familiar para que esa familia no sea un canal de bendición.
Discierna en su espíritu estos ataques y no permita que entren en su seno familiar. (Génesis 4:5-8) Si discusiones, enojos quieren tomar lugar, opere en el perdón y el amor sobrenatural de Dios. Tenga usted o no la razón, no permita que la situación se desborde.
Tome autoridad en el nombre de Jesús y eche fuera todo espíritu de división y actúe en amor. No se canse de hacer el bien porque a su tiempo cosechará si no desmaya. ¡Su hogar será como el cielo en la tierra!
Propóngase cada día darle algo especial a su familia. Valorice a cada miembro, preste atención a sus necesidades. Ore por ellos y cuando hable de su familia, hable bien. Es suya, es parte de usted, es el huerto que Dios le ha dado para labrar.
Si quiere ver cambios en su ambiente familiar debe empezar por usted mismo. No puede demandar algo que usted no ha sembrado. Siembre semillas de amor, de tiempo, de palabras de aliento, de estima sobre su familia y verá los frutos. No lo dude, su hogar reflejará la gloria de Dios.
Oración: Padre, gracias por mi familia. Me la has dado Tú y es buena. Ayúdame a contribuir a que ella sea un reflejo de tu amor, un canal de bendición para muchas vidas. En el nombre de Jesús. Amén. Por. Rev. Juan O. Crudo

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