“Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.” Jueces 6:12-16
En la Palabra de Dios podemos ver que hay muchas personas triunfadoras que experimentaron grandes contratiempos y adversidades pero permanecieron. Esos testimonios son reales y poderosos para que nosotros también recibamos esos principios y los pongamos en práctica en nuestras vidas. No hay que rendirnos frente a la adversidad y mirar las cosas como el mundo que no encuentra la salida. Tenemos que mirar las cosas como Dios las mira para que podamos caminar sobre la tierra como hijos vencedores, triunfadores, que no se rinden frente a la adversidad y que frente a los desafíos crecen y avanzan.
Hoy usted debe aprender a no rendirse fácilmente sino a aceptar el desafío con la poderosa que tiene dentro suyo que lo va nutriendo con la Palabra de Dios. Entonces usted va desarrollando una visión con Dios en su Palabra y ve las cosas como Dios las ve. En vez de estar triste, nervioso y estresado, enfrenta las situaciones paso a paso con la Palabra de Dios y obtiene la victoria. Por aplicar los principios de la palabra de Dios por fe, la sabiduría de Dios fluye y la bendición del cielo va en crecimiento para su vida. En lugar de rendirse y abandonar, los triunfadores prevalecen.
En el libro de los Jueces, podemos observar al pueblo de Israel pasando tiempos difíciles pero saliendo en victoria cuando obedecía las instrucciones de Dios. Esto tiene que ser muy claro en su vida porque es lo que va formando una mirada de fe, es lo que a usted le ayuda a ver las cosas desde la perspectiva de Dios. En ese tiempo Israel se hallaba en una temporada sombría. Durante siete años sufrieron la opresión de los madianitas que invadían sus cultivos, los destruían y reducían a Israel a la pobreza. De alguna manera el enemigo le va a querer traer situaciones para deprimirlo pero la Palabra de Dios dice que es mayor el que está dentro suyo que el que está en el mundo. Usted no fue destinado a la pobreza sino a la riqueza, a la abundancia. Lo que vemos acá en la Palabra es que Dios no se olvidó de su gente. Él nunca se olvidará de usted y menos en medio de los problemas. Él tenía un plan de liberación, escuchó la oración de su pueblo, se movió y comenzó a intervenir en las necesidades de su gente. Así que Dios se acordó de ellos y el llamado divino vino sobre la vida de Gedeón. Dios miraba las cosas de otra manera. Él tenía un plan.
Aprenda hoy a mirar como Dios ve y no mire las circunstancias porque lo distraen de su destino de gloria.
Oración: Padre, hoy quiero mirar las cosas como tú las miras. No me dejaré distraer por el enemigo y me enfocaré en lo que dice tu palabra. Gracias porque sé que tengo la victoria, en el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
En la Palabra de Dios podemos ver que hay muchas personas triunfadoras que experimentaron grandes contratiempos y adversidades pero permanecieron. Esos testimonios son reales y poderosos para que nosotros también recibamos esos principios y los pongamos en práctica en nuestras vidas. No hay que rendirnos frente a la adversidad y mirar las cosas como el mundo que no encuentra la salida. Tenemos que mirar las cosas como Dios las mira para que podamos caminar sobre la tierra como hijos vencedores, triunfadores, que no se rinden frente a la adversidad y que frente a los desafíos crecen y avanzan.
Hoy usted debe aprender a no rendirse fácilmente sino a aceptar el desafío con la poderosa que tiene dentro suyo que lo va nutriendo con la Palabra de Dios. Entonces usted va desarrollando una visión con Dios en su Palabra y ve las cosas como Dios las ve. En vez de estar triste, nervioso y estresado, enfrenta las situaciones paso a paso con la Palabra de Dios y obtiene la victoria. Por aplicar los principios de la palabra de Dios por fe, la sabiduría de Dios fluye y la bendición del cielo va en crecimiento para su vida. En lugar de rendirse y abandonar, los triunfadores prevalecen.
En el libro de los Jueces, podemos observar al pueblo de Israel pasando tiempos difíciles pero saliendo en victoria cuando obedecía las instrucciones de Dios. Esto tiene que ser muy claro en su vida porque es lo que va formando una mirada de fe, es lo que a usted le ayuda a ver las cosas desde la perspectiva de Dios. En ese tiempo Israel se hallaba en una temporada sombría. Durante siete años sufrieron la opresión de los madianitas que invadían sus cultivos, los destruían y reducían a Israel a la pobreza. De alguna manera el enemigo le va a querer traer situaciones para deprimirlo pero la Palabra de Dios dice que es mayor el que está dentro suyo que el que está en el mundo. Usted no fue destinado a la pobreza sino a la riqueza, a la abundancia. Lo que vemos acá en la Palabra es que Dios no se olvidó de su gente. Él nunca se olvidará de usted y menos en medio de los problemas. Él tenía un plan de liberación, escuchó la oración de su pueblo, se movió y comenzó a intervenir en las necesidades de su gente. Así que Dios se acordó de ellos y el llamado divino vino sobre la vida de Gedeón. Dios miraba las cosas de otra manera. Él tenía un plan.
Aprenda hoy a mirar como Dios ve y no mire las circunstancias porque lo distraen de su destino de gloria.
Oración: Padre, hoy quiero mirar las cosas como tú las miras. No me dejaré distraer por el enemigo y me enfocaré en lo que dice tu palabra. Gracias porque sé que tengo la victoria, en el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
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