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lunes, 23 de agosto de 2010

Poniendo la mira en las cosas de Dios

“Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.” Mateo 16:23
Cuando aparece algún tropiezo mientras espera algo que Dios quiere manifestar, usted ¿pone la mirada en las cosas como los que no tienen a Dios ó mira como Dios mira? Observemos qué quiso decir Jesús en este versículo de Mateo 16.
En realidad, lo que Jesús le estaba diciendo era: “Dios tiene un plan con mi vida, yo vine a cumplir el propósito de Dios y en los años que estuvimos juntos se los estuve revelando. Y ahora que lo voy a cumplir ¿me dices que no lo haga? Usted lea los versículos anteriores. Pedro miró las cosas como las miran los hombres, le dio pena, lástima por la amistad, el compañerismo o una cuestión sentimental. Pedro no quería que Jesús fuera a la cruz por los sentimientos que tenía hacia él. Pero si hubiera mirado las cosas como Dios las miraba, tendría que haberle dicho: “Apúrate para ir a la cruz porque nos vas a salvar a todos. Apúrate porque cerca de la cruz está la tumba que la vas a dejar vacía. Vas a vencer a la muerte, al diablo, al pecado, ¡vas a vencer y vas a triunfar! Vas a resucitar a una vida nueva y la vas a impartir en los corazones de los que creen.” Sin embargo, por no mirar las cosas como Dios las mira, Pedro tuvo otra opinión.
Cuando usted empieza a formar la mirada de Dios sobre las cosas, al ir alimentándose con la Palabra e ir renovando la mente va cambiando su vida. Cuando uno mira las cosas, y se mira a sí mismo como Dios lo mira, lo primero en lo que quiere fluir es en el dar, y quiere repartir de lo que Dios le ha dado. Si mira la estadística que da el mundo, se mete en el paquete de los pobres y carenciados. Pero usted tiene más que suficiente de parte de Dios para levantarse y multiplicar la semilla en su vida, para levantar cosecha y ser de bendición. Para que aquellos que no tienen luz e ignoran, puedan ver que Dios lo levanta a usted bien de abajo y lo pone bien arriba. Él lo hace prosperar en espíritu, alma y cuerpo, también en su economía y familia. Esto lo posiciona en un lugar de bendición y la Palabra dice que estará arriba y no abajo. Ponga su mirada en las cosa de arriba. Ellas lo llevarán hacia la bendición de Dios.
Oración: Padre, hoy coloco mi mirada en tus cosas. No miraré más lo terrenal por sobre lo celestial porque lo de arriba es lo que me hará victorioso y me da bendiciones. Siempre miraré a través de tu palabra y estaré confiado. Gracias por revelármelo en este día. En el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.

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