“3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” Génesis 12:3
Jesucristo derramó su sangre para redimir al ser humano de toda maldición. Hoy usted ya fue redimido y puede disfrutar de las bendiciones. Observe dos cosas fundamentales producto del acto de amor de Jesús por su vida:
1º- Ese acto de amor revirtió la maldición de una vez y para siempre.
2º- Ese acto de amor destruyó el poder que tenia el diablo para robar matar y destruir.
3º- Ese acto de amor abrió el camino de la bendición. La bendición viene a los que obedecen a Dios con fe.
Ahora, lo importante y necesario para que esto se haga realidad en su vida es que usted lo reciba y lo aplique por fe en su vida. No le tiene que dar crédito al diablo que siempre lo quiere destruir, que lo quiere matar o robar. No le de lugar al enemigo y no le acredite con palabras_sus_obras.
La obra de Jesucristo es completa y para siempre, para todo aquel que cree. Por eso la tiene que ir aplicando en su vida. Cuando usted la oye, la pone por obra, en práctica, es muy poderosa porque lo va iluminando interiormente acerca de la visión correcta con Dios para que vaya descubriendo lo que usted es en el Señor. Y una de esas cosas es el poder y la autoridad que Dios le ha otorgado frente a todas las fuerzas de las tinieblas y las fuerzas del mal.
En la posición correcta que usted tiene como hijo está recuperando todo lo del jardín del Edén. Cualquier forma de vida religiosa que hayamos llevado tenemos que limpiarnos de ella y empezar a disfrutar de la vida abundante que Dios nos da. Usar todo ese poder y autoridad para contrarrestar las fuerzas de las tinieblas y no adaptarnos al mal a la escasez, a la vida mediocre. Cuando usted no sale de eso le puede parecer que es lo que tiene que vivir.
La obra es completa y El lo redimió de toda maldición, ¿para que arrastrar consecuencias y situaciones en nuestras vidas de la que ya fuimos redimidos? Tenemos que mirarla como redimidos, hablarla como redimidos y la obra se completa al derrotar al enemigo para siempre. Cristo no sólo lo venció sino que lo exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz del calvario con el poder de la sangre de su cruz.
El poder en la sangre de su cruz lo ha redimido, lo ha hecho libre, le dio poder y le muestra que ha vencido al enemigo. Dice la escritura: que por medio de la muerte venció al imperio de la muerte que es Satanás.
La obra de la redención es más que suficiente y completa para que todos los aspectos y áreas de nuestra vida se establezcan en bendición y en autoridad. Si la desobediencia abrió el camino de la maldición, el de la obediencia a través de Cristo abrió el de la bendición. La Biblia dice que él obedeció hasta la muerte y muerte de cruz para que fuésemos redimidos y no se terminó en la cruz, la obra se termino resucitando de los muertos y venciendo a la muerte para siempre. Ahora usted tiene vida y ha recibido la herencia de la vida eterna.
Oración: Padre, Gracias por todas las bendiciones que he recibido a través de tu hijo Jesucristo. Hoy me apropio de ellas para disfrutarlas. Creo que soy libre y fui redimido de toda maldición. En el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo. Argentina.
Fuente: www.cristolasolucion.com
Oración en acuerdo por mis familiares. Unirlos en la cadena de oración CLICK AQUÍ
Jesucristo derramó su sangre para redimir al ser humano de toda maldición. Hoy usted ya fue redimido y puede disfrutar de las bendiciones. Observe dos cosas fundamentales producto del acto de amor de Jesús por su vida:
1º- Ese acto de amor revirtió la maldición de una vez y para siempre.
2º- Ese acto de amor destruyó el poder que tenia el diablo para robar matar y destruir.
3º- Ese acto de amor abrió el camino de la bendición. La bendición viene a los que obedecen a Dios con fe.
Ahora, lo importante y necesario para que esto se haga realidad en su vida es que usted lo reciba y lo aplique por fe en su vida. No le tiene que dar crédito al diablo que siempre lo quiere destruir, que lo quiere matar o robar. No le de lugar al enemigo y no le acredite con palabras_sus_obras.
La obra de Jesucristo es completa y para siempre, para todo aquel que cree. Por eso la tiene que ir aplicando en su vida. Cuando usted la oye, la pone por obra, en práctica, es muy poderosa porque lo va iluminando interiormente acerca de la visión correcta con Dios para que vaya descubriendo lo que usted es en el Señor. Y una de esas cosas es el poder y la autoridad que Dios le ha otorgado frente a todas las fuerzas de las tinieblas y las fuerzas del mal.
En la posición correcta que usted tiene como hijo está recuperando todo lo del jardín del Edén. Cualquier forma de vida religiosa que hayamos llevado tenemos que limpiarnos de ella y empezar a disfrutar de la vida abundante que Dios nos da. Usar todo ese poder y autoridad para contrarrestar las fuerzas de las tinieblas y no adaptarnos al mal a la escasez, a la vida mediocre. Cuando usted no sale de eso le puede parecer que es lo que tiene que vivir.
La obra es completa y El lo redimió de toda maldición, ¿para que arrastrar consecuencias y situaciones en nuestras vidas de la que ya fuimos redimidos? Tenemos que mirarla como redimidos, hablarla como redimidos y la obra se completa al derrotar al enemigo para siempre. Cristo no sólo lo venció sino que lo exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz del calvario con el poder de la sangre de su cruz.
El poder en la sangre de su cruz lo ha redimido, lo ha hecho libre, le dio poder y le muestra que ha vencido al enemigo. Dice la escritura: que por medio de la muerte venció al imperio de la muerte que es Satanás.
La obra de la redención es más que suficiente y completa para que todos los aspectos y áreas de nuestra vida se establezcan en bendición y en autoridad. Si la desobediencia abrió el camino de la maldición, el de la obediencia a través de Cristo abrió el de la bendición. La Biblia dice que él obedeció hasta la muerte y muerte de cruz para que fuésemos redimidos y no se terminó en la cruz, la obra se termino resucitando de los muertos y venciendo a la muerte para siempre. Ahora usted tiene vida y ha recibido la herencia de la vida eterna.
Oración: Padre, Gracias por todas las bendiciones que he recibido a través de tu hijo Jesucristo. Hoy me apropio de ellas para disfrutarlas. Creo que soy libre y fui redimido de toda maldición. En el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo. Argentina.
Fuente: www.cristolasolucion.com
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