“Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” Lucas 12:34
Hoy quiero mostrarle cómo es que todo lo de Dios viene en aumento para su vida. Lo vemos en el ejemplo de Zaqueo. Dice la escritura que desde un árbol lo atrajo a Jesús. Él tuvo una actitud que superó algo y demostró que tenía interés. Entonces hubo alguien que lo vio. Jesús estaba con la multitud pero lo vio, y le dijo que descendiera porque le era necesario ir a su casa. En ese tiempo los recolectores de impuestos eran considerados personas desagradables, pero Jesús lo vio y quiso ir a su casa. Zaqueo, no prestó atención a lo que decía la gente, sino que sembró semillas y las semillas tienen poder. Luego de conocer personalmente a Jesús, Zaqueo prometió que iba a dar la mitad de sus bienes a los pobres y que le iba a pagar cuadruplicado a los que les debía algo. Lo primero que hizo fue abrir sus manos para dar. Y enseguida, apareció la intervención de Jesús quien le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a tu casa.”
La palabra salvación significa cosas importantes como salud, liberación, prosperidad, preservación, seguridad. Todo esto son cosas que no se pueden comprar con nada. Salvación también significa que su nombre está escrito en el libro de la vida, que usted es un hijo de Dios. Jesús no le dijo que la salvación era sólo para su vida, sino para su casa, para su familia también.
La semilla es la oportunidad para crear su futuro. ¿Qué hizo Zaqueo? Decidió dónde poner su tesoro. Porque dijo Jesús que donde está su tesoro, allí está su corazón. Usted es sabio porque sabe que Dios no puede ser burlado y elige cada vez mejor la semilla para preparar la cosecha que va a venir, cosecha en trabajos y negocios de excelencia. Donde se presenta una oportunidad de sembrar la semilla, sea espiritual, emocional o financiera, seleccione semillas que van de acuerdo con Dios y su Palabra, y prepare el corazón para recibir la cosecha de bendición.
Oración: Padre, hoy decido poner mi corazón en tu Palabra y sembrar semillas que den fruto al ciento por uno. Sé que mi cosecha está asegurada. Mi corazón es generoso y no quiero perder la oportunidad de sembrar. Lo haré, en el nombre de Jesús, amén.
Hoy quiero mostrarle cómo es que todo lo de Dios viene en aumento para su vida. Lo vemos en el ejemplo de Zaqueo. Dice la escritura que desde un árbol lo atrajo a Jesús. Él tuvo una actitud que superó algo y demostró que tenía interés. Entonces hubo alguien que lo vio. Jesús estaba con la multitud pero lo vio, y le dijo que descendiera porque le era necesario ir a su casa. En ese tiempo los recolectores de impuestos eran considerados personas desagradables, pero Jesús lo vio y quiso ir a su casa. Zaqueo, no prestó atención a lo que decía la gente, sino que sembró semillas y las semillas tienen poder. Luego de conocer personalmente a Jesús, Zaqueo prometió que iba a dar la mitad de sus bienes a los pobres y que le iba a pagar cuadruplicado a los que les debía algo. Lo primero que hizo fue abrir sus manos para dar. Y enseguida, apareció la intervención de Jesús quien le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a tu casa.”
La palabra salvación significa cosas importantes como salud, liberación, prosperidad, preservación, seguridad. Todo esto son cosas que no se pueden comprar con nada. Salvación también significa que su nombre está escrito en el libro de la vida, que usted es un hijo de Dios. Jesús no le dijo que la salvación era sólo para su vida, sino para su casa, para su familia también.
La semilla es la oportunidad para crear su futuro. ¿Qué hizo Zaqueo? Decidió dónde poner su tesoro. Porque dijo Jesús que donde está su tesoro, allí está su corazón. Usted es sabio porque sabe que Dios no puede ser burlado y elige cada vez mejor la semilla para preparar la cosecha que va a venir, cosecha en trabajos y negocios de excelencia. Donde se presenta una oportunidad de sembrar la semilla, sea espiritual, emocional o financiera, seleccione semillas que van de acuerdo con Dios y su Palabra, y prepare el corazón para recibir la cosecha de bendición.
Oración: Padre, hoy decido poner mi corazón en tu Palabra y sembrar semillas que den fruto al ciento por uno. Sé que mi cosecha está asegurada. Mi corazón es generoso y no quiero perder la oportunidad de sembrar. Lo haré, en el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario