“5 Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.” Hageo 1:5Es bueno que en este tiempo pueda meditar sobre su camino. Cuando uno medita sobre lo que está haciendo puede encontrar fallas o errores y revertirlas. Lo que le quiero dejar en esta oportunidad es que usted tiene que respetar el principio de las primeras cosas. El Señor Jesús dijo: buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas serán añadidas. Entonces cuando medite sobre sus camino fíjese si está poniendo a Dios primero en todo.
Muchas veces ponemos primero a Dios en la familia o en alguna otra cosa, pero por ejemplo no le damos prioridad en el área de las finanzas. Esto respondería a la pregunta: ¿Por qué hay creyentes que viven peor que los incrédulos? Porque no ponen primero a Dios en todo. El Señor tiene abundancia para añadirle, él es el Dios más que suficiente. Le vuelvo a repetir: tiene que meditar en su camino para ordenar alguna cosa que hay desordenada dándole prioridad a los principios del reino de Dios, que lo que vaya recibiendo lo pueda ir aplicando en su vida y poniendo orden en todas las cosas.
Leyendo una estadística decía que en un año se diagnostica cáncer para doce millones de personas y la mayoría de ellos se podían haber prevenido antes. Todo tiene que ver con la relación de lo que se come, se fuma, etc. La mayoría de esos doce millones podían no haber entrado en ese diagnóstico solamente por haber hecho prevención, haberse cuidado, haberse alimentado correctamente, no haber estado atado a algún vicio. Sin embargo, el número de personas de la estadística seguirá siendo igual o aún más a pesar de que en el paquete de cigarrillos se advierte la posibilidad de que se produzca cáncer. La gente no lo previene, ellos avanzan sabiendo que están entrando en un camino que le va a traer consecuencias.
Si aplicamos esto en todas las cosas en la vida, tenemos la gran oportunidad de ir estableciendo con prioridad la palabra de Dios no sólo en nuestra vida, sino también en la vida de nuestros hijos para que desde pequeños se vayan formando con los principios del reino de Dios, para que vivan en poder y bendición, cubiertos y protegidos de cualquier ataque del mal. Esto es como prevenir un cáncer. Usted previene la maldición, la destrucción de su familia. En cambio si usted se descuida, y descuida a su familia, las consecuencias y los resultados serán inevitablemente caminar en maldición.
Cuando estamos bendecidos, tenemos la palabra de Dios, tenemos el Espíritu Santo para que nos ayude a ordenar lo que está desordenado. Entonces ¿Por qué caminar en maldición? ¿No dicen por ahí que es mejor prevenir que curar? ¿No es más fácil obedecerle a Dios y vivir una vida bendecida que desobedecer y después tratar de revertir las consecuencias?
Cuando usted aprende y aplica los principios de la palabra en su vida tiene un poder espiritual para cortar un montón de hábitos, ataduras viejas y estructuras mentales. Si no derriba esas fortalezas alguien más en su familia va a ser afectado, lo puede notar en actitudes temerosas, de desconfianza en la familia, son fortalezas y tienen que ser derribadas. Esas fortalezas se vuelven generacionales, alguien se tiene que levantar para derribar y romper eso. Y hoy esa persona es usted.
Oración: Padre, hoy me levanto en contra de toda maldición que quiera venir a afectar a mis generaciones. Me determino a caminar en obediencia a ti y a tu Palabra. Te pondré primero en todo. Comenzaré meditando en mi camino. En el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
Muchas veces ponemos primero a Dios en la familia o en alguna otra cosa, pero por ejemplo no le damos prioridad en el área de las finanzas. Esto respondería a la pregunta: ¿Por qué hay creyentes que viven peor que los incrédulos? Porque no ponen primero a Dios en todo. El Señor tiene abundancia para añadirle, él es el Dios más que suficiente. Le vuelvo a repetir: tiene que meditar en su camino para ordenar alguna cosa que hay desordenada dándole prioridad a los principios del reino de Dios, que lo que vaya recibiendo lo pueda ir aplicando en su vida y poniendo orden en todas las cosas.
Leyendo una estadística decía que en un año se diagnostica cáncer para doce millones de personas y la mayoría de ellos se podían haber prevenido antes. Todo tiene que ver con la relación de lo que se come, se fuma, etc. La mayoría de esos doce millones podían no haber entrado en ese diagnóstico solamente por haber hecho prevención, haberse cuidado, haberse alimentado correctamente, no haber estado atado a algún vicio. Sin embargo, el número de personas de la estadística seguirá siendo igual o aún más a pesar de que en el paquete de cigarrillos se advierte la posibilidad de que se produzca cáncer. La gente no lo previene, ellos avanzan sabiendo que están entrando en un camino que le va a traer consecuencias.
Si aplicamos esto en todas las cosas en la vida, tenemos la gran oportunidad de ir estableciendo con prioridad la palabra de Dios no sólo en nuestra vida, sino también en la vida de nuestros hijos para que desde pequeños se vayan formando con los principios del reino de Dios, para que vivan en poder y bendición, cubiertos y protegidos de cualquier ataque del mal. Esto es como prevenir un cáncer. Usted previene la maldición, la destrucción de su familia. En cambio si usted se descuida, y descuida a su familia, las consecuencias y los resultados serán inevitablemente caminar en maldición.
Cuando estamos bendecidos, tenemos la palabra de Dios, tenemos el Espíritu Santo para que nos ayude a ordenar lo que está desordenado. Entonces ¿Por qué caminar en maldición? ¿No dicen por ahí que es mejor prevenir que curar? ¿No es más fácil obedecerle a Dios y vivir una vida bendecida que desobedecer y después tratar de revertir las consecuencias?
Cuando usted aprende y aplica los principios de la palabra en su vida tiene un poder espiritual para cortar un montón de hábitos, ataduras viejas y estructuras mentales. Si no derriba esas fortalezas alguien más en su familia va a ser afectado, lo puede notar en actitudes temerosas, de desconfianza en la familia, son fortalezas y tienen que ser derribadas. Esas fortalezas se vuelven generacionales, alguien se tiene que levantar para derribar y romper eso. Y hoy esa persona es usted.
Oración: Padre, hoy me levanto en contra de toda maldición que quiera venir a afectar a mis generaciones. Me determino a caminar en obediencia a ti y a tu Palabra. Te pondré primero en todo. Comenzaré meditando en mi camino. En el nombre de Jesús, amén. Por. Rev. Juan O. Crudo, Argentina.
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