Recordemos lo aprendido anteriormente: hay tres cosas que dan testimonio de Jesucristo sobre la tierra. El Espíritu, el agua y la sangre (1 Juan 5:8).
En esta oportunidad vamos a ver el poder del agua. ¿Qué es el agua? Fíjese el versículo arriba citado. El agua representa la Palabra de Dios. Dice que el agua lava, limpia, purifica. Es la fuente vital para que se manifieste el poder de Dios y para dar testimonio de él sobre la tierra.
Recuerde que por la Palabra renovamos nuestros pensamientos, nuestra mente. Y si no lo había puesto en práctica hasta el momento, lo invito a hacerlo a partir de hoy. Saque un pensamiento negativo y ponga otro de la Palabra de Dios. Ponga en práctica la Ley del Reemplazo. Cuando usted saca algo de algún lugar queda un vacío. Entonces usted coloca otra cosa para llenar ese vacío. Lo reemplaza. ¿Qué mejor que sacar lo viejo de nuestra mente y reemplazarlo por la Palabra de Dios que tiene poder? No se olvide cuán importante es la confesión poderosa de la Palabra cada día. Lo animo a que cada día lo empiece con una confesión positiva basada en la Palabra. Ella soltará el poder para traerle la victoria en ese día.Cuando usted suelta una Palabra está soltando el poder que da testimonio de que Cristo mora dentro suyo, que usted es un redimido. La gente verá la gloria de Dios a través de su vida. Cuanto más Palabra haya en su vida, más tendrá para dar. Y no se llene de puro conocimiento sino deje al Espíritu traer la revelación.La Palabra lo habilita para ser vencedor, sólo tiene que tener fe en ella. Léala cada día, medite en ella y póngala por obra. Comprobará los resultados.Oración: Hoy Padre, creo en tu Palabra. Creo que me da el poder y es el testimonio vivo de que vives dentro mío. Te doy gracias por ella. La pondré por obra y meditaré cada día en ella. En el nombre de Jesús, amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo.
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