“Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.” Filipenses 1:19-20
La clase de esperanza que enseña la Biblia no está basada en el “deseo” sino en el pacto con Dios y la unción provista para completarlo.
La esperanza viene cuando usted toma las promesas y las mantiene delante de sus ojos, en sus oídos, y comienza a edificar una imagen en su interior con ellas. La esperanza viene cuando usted se ve como Dios lo ve.
Cuando usted tiene esperanza tiene expectación de lo extraordinario “lo prometido vendrá”.
La_esperanza es la feliz anticipación de lo bueno.
Cuando la esperanza está viva dentro suyo, usted debe concentrarse en la Palabra y no distraerse de ella.
La Palabra dice:
Fui redimido de la maldición.
Fui limpio y perdonado por la sangre de Jesús.
Fui sanado en sus llagas.
Entonces une la fe en esas Palabras a la esperanza y verá los resultados en su vida. Hay una conexión entre fe y esperanza, una sin la otra no funcionan.
Manténgase intensamente enfocado en la Palabra y vea las promesas en su interior.
Oración: Padre, Tu palabra genera en mi vida expectación de milagros y victoria. Sé que veré tu gloria manifestándose a través de mi vida y mi familia. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O.Crudo.
La esperanza viene cuando usted toma las promesas y las mantiene delante de sus ojos, en sus oídos, y comienza a edificar una imagen en su interior con ellas. La esperanza viene cuando usted se ve como Dios lo ve.
Cuando usted tiene esperanza tiene expectación de lo extraordinario “lo prometido vendrá”.
La_esperanza es la feliz anticipación de lo bueno.
Cuando la esperanza está viva dentro suyo, usted debe concentrarse en la Palabra y no distraerse de ella.
La Palabra dice:
Fui redimido de la maldición.
Fui limpio y perdonado por la sangre de Jesús.
Fui sanado en sus llagas.
Entonces une la fe en esas Palabras a la esperanza y verá los resultados en su vida. Hay una conexión entre fe y esperanza, una sin la otra no funcionan.
Manténgase intensamente enfocado en la Palabra y vea las promesas en su interior.
Oración: Padre, Tu palabra genera en mi vida expectación de milagros y victoria. Sé que veré tu gloria manifestándose a través de mi vida y mi familia. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O.Crudo.
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