“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.” Oseas 4:6
No se limite con las cosas de Dios. No diga nunca más: “ya lo sé”, “ya lo oí”.No lo haga, eso es destructivo para usted. La Palabra de Dios es ilimitada en sus revelaciones. Nunca está todo dicho.
El conocimiento de Dios es inagotable.
La sabiduría y el conocimiento provienen de la boca de Dios y Él es una fuente inacabable.
Se da cuenta, esto no entra en nuestra humana comprensión. Es tan grande lo que Dios nos puede revelar que toda la eternidad no nos bastaría para saberlo todo. Entonces, nunca debemos dejar de escuchar, leer, siempre son nuevas sus palabras.
La palabra de Dios es como el agua de un arroyo que baja de una montaña. Siempre cuando uno la toma es nueva, pero, es el mismo agua fresca y limpia.
Nunca más diga “ya lo sé” no deseche el conocimiento, eso es lo que destruye al pueblo de Dios: “mi pueblo fue destruido porque desechó el conocimiento”
Si usted no entiende algo, si en su iglesia nunca se habló o se habló en contra algún tema, sea sabio y escudriñe para ver si es verdad. Porque ese es su trabajo. Debe estudiar si es verdad o no lo que se dice y pedirle al Espíritu Santo que se lo revele. Porque en definitiva usted y yo seremos los únicos responsables ante Dios de lo que hayamos aprendido o no, bien o mal, sobre la palabra.
Oración: Padre, tu Palabra me alumbra. Amo el conocimiento y busco la sabiduría. Revélate a mí para que pueda comprender los misterios que tienes preparados para este tiempo. Quito de mi vida todo concepto religioso que me impida ver tu revelación. En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo.
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