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jueves, 10 de septiembre de 2009

Sabiduría y revelación

“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino… Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra.”
Proverbios 3:13-14,16
Si hay algo a lo que usted se debe abocar en la vida es a adquirir sabiduría e inteligencia. Ellas lo librarán de cometer múltiples errores que conducen a la destrucción y lo llevarán por el camino del éxito, en la plena voluntad de Dios.
La sabiduría es distinta de la inteligencia. La sabiduría es saber aplicar el conocimiento que uno tiene y la inteligencia es saber cómo y por qué ocurren las cosas. Ambos vienen de Dios. (Prov.2:6).
Dios le ha dado la razón y los cinco sentidos para que usted pueda reunir información y obtener conocimiento. La ciencia ha logrado grandes avances utilizándolos, pero hay un nivel de conocimiento mayor al que sólo se puede acceder siendo hijo de Dios, habiendo nacido de nuevo, y ese nivel es el de la revelación. Es superior a la razón y otorga conocimientos ilimitados. 1 Corintios 2:9 lo expresa claramente: “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” Es en el espíritu donde usted recibirá este conocimiento y sabrá lo que Dios le ha concedido. Aprovéchelo, porque la solución a sus problemas no está en una cantidad de dinero, un trabajo nuevo o un remedio que quitará su dolor. La solución a sus problemas está en una palabra revelada a su espíritu. Sus problemas vinieron por falta de sabiduría y entendimiento, por lo tanto, debe atacar la fuente de ellos y erradicarlos con la sabiduría de Dios para que no vuelvan a manifestarse.
Busque diligentemente adquirir inteligencia y pídale a Dios revelación y sabiduría. Son más preciosas que todo el oro que existe en el mundo. Traerán a su vida largura de días, riquezas y honra.
Oración: Padre, dame espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Jesús. Alumbra los ojos de mi entendimiento para que conozca cuál es la esperanza a la que me has llamado y las riquezas de la gloria de tu herencia, y pueda conocer la supereminente grandeza de tu poder para conmigo (Efesios 1:17). En el nombre de Jesús. Amén.
Por. Rev. Juan O. Crudo.

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